En un control rutinario. De esta simple manera fue como agentes de la Guardia Civil destinados en el centro penitenciario de Castellón arrestaron durante la mañana de ayer a una mujer sobre la que pesaba una orden de detención y entrega dictada por un juzgado de Guernika (Vizcaya) por un delito desobediencia.

Hasta aquí, nada fuera de lo habitual: Un reclamado por la justicia que es apresado. No obstante, todo cambia si esa mujer, que responde a la identidad de Miren Arantzazu Gangoiti Asolo, a quien las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado español relacionan con el entorno de la banda terrorista ETA, según informaron ayer fuentes de la lucha antiterrorista.

La ahora arrestada se había desplazado a Castellón para visitar a un preso de esta organización de delincuentes que cumple condena en este centro penitenciario.

Las mismas fuentes señalaron que, al parecer, Gangoiti se identificó con normalidad en el control de acceso a la prisión de Castellón. En ese momento, la base de datos de la Guardia Civil reveló que la mujer estaba siendo reclamada por un delito de desobediencia cometido en Vizcaya.

Sin embargo, la detención no se produjo hasta que la mujer no abandonó las instalaciones penitenciarias castellonenses, cuando fue detenida por los agentes de la Guardia Civil allí presentes, tras haber visitado a uno de los varios presos de la banda ETA que cumplen condena, la identidad del cual no fue revelada durante la jornada de ayer.

Según las fuentes antiterroristas citadas anteriormente, la detención de Miren Gangoiti se llevó a cabo en la misma puerta de la prisión de Castellón.

VISITAS MUY FRECUENTES

Fuentes del sindicato de funcionarios de prisiones Acaip consultadas por el periódico Mediterráneo explicaron ayer que los presos etarras en la cárcel de la capital de la provincia son uno de los colectivos que “más visitas reciben”. “No les fallan nunca y todos los fines de semana, especialmente, reciben numerosas visitas de sus familiares, así como los bis a bis con sus allegados más cercanos”, explicaron estas fuentes.

Tal y como publicó este diario, a comienzos del presente ejercicio 2010, en las dos prisiones de la provincia (Castellón y Albocàsser) cumplían condena hasta 24 presos de la banda terrorista ETA. Según pudo saber este periódico en aquel momento, entre ellos se hallan algunos de los etarras más peligrosos como Orkatz Gallastegui, quien colaboró en el asesinato del magistrado de la Audiencia de Vizcaya, José María Lidón; Ignacio Echevarría Martín, Mortadelo, que perpetró dos atentados con coches-bombas en Madrid; Aitor Fresnedo, que intentó matar a Manuel Fraga; Aitor Herrera, que puso una bomba en el aeropuerto de Santander y otra en un hotel de Getxo; Zigor Larredonda, quien asesinó en Barcelona al edil del PP Francisco Cano Consuegra; el etarra Pedro María Cano, que mató al concejal del PSOE Juan Priede; o Pedro José Echevarría, quien puso una bomba en la casa-cuartel de Éibar.

Sin embargo, desde Acaip señalan que los presos etarras “no suelen ser conflictivos” y desarrollan una “vida normal” en prisión.