El día grande de las fiestas que El Grao está celebrando en honor a Sant Pere fue vivido con intensidad por parte de los vecinos del distrito marítimo, que mostraron su fe y fervor al santo patrón de los marineros.

El primer gran acto central de la fiesta litúrgica del santo pescador fue la ofrenda de flores a la sagrada imagen. Más de 40 peñas quisieron mostrar su devoción al que fuera primer papa de la Iglesia católica con un desfile que partió desde la tenencia de alcaldía hasta la iglesia parroquial.

Una vez en su interior, junto a la monumental escultura de Sant Pere, se depositaron los más de mil ramos de flores de los oferentes y no faltaron los gritos de Visca Sant Pere!, contestados con el tradicional Visca! por los presentes en el acto.

Pero, la jornada, de emociones contenidas, continuó con la misa mayor en honor al patrón, que fue presidida por el párroco del Grao, Francisco Martí, que invocó “los valores de humildad, sencillez y generosidad de San Pedro, como referente religioso y piedra angular de la Iglesia”.

En el oficio religioso estuvo presente el alcalde de la ciudad, Alberto Fabra, así como las reinas de las fiestas de Sant Pere, Paula Pérez y Lidia Gómez, al igual que las máximas representantes de Castellón, Mari Paz Lázaro Espadas y Ana Frías Llorens, que siguieron con devoción la ceremonia. Tras la función religiosa se disparó una sonora mascletà, a cargo de Pirotecnia Peñarroja.

COFRADÍA DE PESCADORES

Desde tiempo inmemorial y en una tradición que se ha ido manteniendo a lo largo de los años, la Cofradía de Pescadores San Pedro del Grao es la encargada de organizar los actos del día de Sant Pere del distrito marinero y es la que costea cada una de las celebraciones que se van desarrollando a lo largo de la jornada del santo pescador cada 29 de junio.

Si bien la comisión de fiestas gestiona el resto de la semana festiva grauera, el día grande es competencia exclusiva de la entidad marinera que sufraga los gastos de la misa mayor que tiene lugar en la parroquia del distrito marítimo, la mascletà, el ágape ofrecido a las autoridades e invitados, la procesión marítima y el castillo de fuegos artificiales que cierra el cortejo religioso.

Hay que decir que la cofradía no escatima en gastos a la hora de ofrecer un completo y variado programa y en el que se expresa la veneración que se siente en el distrito marítimo a Sant Pere. Una tradición que pasa de padres a hijos y que une la oración y sentimiento de los graueros a su imagen religiosa objeto de devoción popular.