La sociedad pública Reciplasa firmará hoy un convenio con una empresa catalana que permitirá convertir el resto inorgánico de los residuos en biocombustible.

El proceso de transformación en energía posibilitará que la planta ubicada en Onda logre dar salida a la totalidad de los componentes de los residuos, tanto los orgánicos como los inorgánicos, según explicaron ayer fuentes próximas al presidente de Reciplasa, Javier Moliner.

El acuerdo con la empresa tendrá una validez inicial de ocho meses para comprobar el resultado de la prueba experimental. La empresa catalana trasladará desde Onda a su planta de Tarragona alrededor de 3.000 toneladas de basura al mes en bruto. Alrededor de un 20% de esos residuos correspondiente a materias inorgánicas serán sometidas a un proceso de desulfurización para obtener diésel sintético apto para su uso como biocombustible. El restante cupo orgánico de la basura será reutilizada como compost, un proceso que ya realiza Reciplasa en su planta de Onda.

Según señalaron fuentes de la empresa pública que engloba a la capital y a los municipios de su área metropolitana, el nuevo tratamiento tiene la ventaja de que permite “lograr el residuo cero”.

Como contraste a la gestión política consensuada de los residuos en el ámbito de Reciplasa, los municipios del norte de Castellón siguen a la espera de soluciones al caos por el incierto traslado de las basuras. La diputada de Iniciativa en Les Corts, Mireia Mollà, registró ayer una pregunta parlamentaria dirigida al Consell para que informe de los municipios donde está prevista la instalación de incineradoras o plantas de valorización de residuos. Según Mollà, “el nuevo plan integral de residuos (PIR) apuesta por la incineración de la basura, proceso al que nos oponemos por ir en contra del medio ambiente y ser peligroso para la salud de la población”. La diputada autonómica lamentó que no se haya concretado aún el número de incineradoras ni su ubicación en la Comunitat.