Iluminada Gómez, Lumi, es donante hace 20 años y empezó por casualidad: “Fue a través de un conocido que me lió al ir al autobús de la donación y fui con él”. Reconoce que no sintió miedo, nunca se ha mareado ni le han hecho daño. Para Lumi, que ni ella ni su familia ha necesitado nunca una transfusión de sangre, el altruismo es la clave de todo. “Soy donante, también de órganos. La sangre que das se recupera muy pronto y puedes donar altruistamente. No se fabrica y si todos dieran una vez al año...”. Lumi, ahora madre de un hijo, sigue en la brecha solidaria y ha logrado que parte de su familia sea donante. “Con 15 minutos de tu tiempo puedes hacer mucho bien”, dice Lumi.