Como nadie viene a llamar a la puerta de casa y con las ayudas de la Administración para impulsar el sector en el aire, los constructores están más decididos que nunca a buscar salida en el exterior. Y no solo probando suerte en la complicada, por farragosa, licitación de obra internacional, sino también a través de iniciativas de promoción que permitan aliviar el estoc de viviendas turísticas de la costa.

Es el mensaje del presidente de la Asociación Provincial de Empresas de la Construcción de Castellón (APECC), Fermín Renau, quien señaló que “en Castellón, en la Comunitat y en general en España la obra pública se ha reducido a la mitad, por lo que todas las empresas están viendo posibilidades de diferentes proyectos en el exterior”.

Para ello, Renau confía en contar con el asesoramiento de la Cámara de Comercio, con programas como Globbarea para iniciarse en la licitación internacional; y su experiencia para organizar viajes al exterior para promocionar la compra de apartamentos. La patronal también prevé intensificar los contactos con el Instituto Tecnológico de la Construcción (Aidico).

Sobre las opciones del mercado nacional, ven pocas. Del alquiler que pretende potenciar el Gobierno para reactivar el mercado inmobiliario nacional, Renau opinó que “ya ahora no se ve una apuesta clara”. Y subrayó que la tasa de retorno de inversión para el empresario que se decide a construir una finca de viviendas para arrendar “puede llegar incluso a los 30 años” para amortizar la inversión efectuada.

Otra vía que estaba funcionando actualmente era la recalificación de viviendas libres a VPO para lograr precios más asequibles, al contar los compradores con subvenciones. “Sin embargo, ahora, con el recorte de las ayudas directas para 2011 y 2012, y teniendo en cuenta que para este 2010 ya se ha cubierto el cupo, ya no tiene sentido la calificación a una VPO sin esta ventaja”, dijo.

La alternativa de las reformas que cuentan con aportaciones públicas tampoco es la solución para que el sector del ladrillo recupere su tono de actividad económica. En opinión de APECC, para las pequeñas reformas de aseos o cocinas los ciudadanos no suelen llamar a grandes empresas, pese a la fiabilidad de sus profesionales, sino que muchas veces, por desgracia, todavía se recurre a la economía sumergida, con el consiguiente peligro para cliente y proveedor de servicios por carecer de seguro tanto en rotura o garantía de la instalación del material como ante un posible accidente laboral. H