A sus casi 80 años, Eduardo Wenley Palacios --que ejerció durante 3 años como Diputado 1º de la Junta-- considera que en todo este tiempo transcurrido (empezó en 1958) no ha habido “nada que contribuya a hacer más justa ni más rápida la Justicia” y echa la ‘culpa’ a los legisladores. “De qué sirve que un ordenador sustituya a una máquina de escribir si ese ordenador no está conectado con otros de otros juzgados, cuando en otras administraciones como hacienda sí sucede. Es un fracaso absoluto”. “La gran evolución no se ha producido, hay más medios pero mal utilizados”, añade.

A sus 78 años –formó parte de la Junta de Gobierno-, empezó en el año 59, tiempos en los que echa en falta el “compañerismo y la camaradería de todo el personal”. “La Audiencia estaba en la calle Gasset”, remarca Pascual, que recuerda “la máquina de escribir con las copias de papel cebolla, pues no se usaban aún las fotocopiadoras”. “La justicia está totalmente desbordada, además, existe mucha movilidad en los juzgados que impide que la gente esté formada y si se suma la falta de medios, la Justia tiene que ir mal a la fuerza”, afirma tajante.

Ha ejercicio la profesión en Vinaròs y Benicarló, donde empezó en los años 60. “Había faltas por temas de deslindesrelacionadas con la agricultura, había muy poca industria, apenas había delitos de tráfico, porque no habían tantos coches y en el juzgado no había medios, ni casi armarios, pero ahora todo va a peor”.

Ha ejercido en Segorbe durante 50 años, donde empezó en 1958. “Era un juzgado muy tranquilo. En mis primeros 30 años de ejercicio, no se tramitó una suspensión de pagos” rememora hoy, a sus 83 años, Suay, que recuerda que “era delito el adulterio y hoy es casi una práctica habitual”. Sin ordenador y sin apenas usar el móvil, cree que “la Justicia no ha ido a mejor, al contrario”.

Empezó a ejercer un 2 de mayo de 1960. Ha sido presidente de la Agrupació de Advocats del Maestrat y hoy, a sus 76 años, no olvida el juzgado comarcal que existía entonces. “Había mucho menos trabajo y se llevaba todo sisn retrasos; eramos como una familia . Ahora, los retrasos son impresionantes y no ha habido mejoras sustanciales”.

A sus 76 años, empezó a ejercer la profesión en 1959, en el despacho de su padre. “Yo llevaba lo penal y él civil” comenta este abogado, que recuerda que “entonces los delitos sexuales se perseguían más que ahora; además, la blasfemia era delito, pero no existía el nivel de corrupción tan grande que hay en la actualidad”. “Lo que falla hoy en la Justicia es el propio sistema”, sentencia.

Exdecano de los abogados –ha pertenecido 35 años a la Junta de Gobierno del colegio castellonense- a sus 84 años afirma que “ha cmbiado todo por completo”. “Yo empecé en el año 52 y en penal lo clásico era el hurto, robos y las lesiones. En Castellón solo estaba el juzgado municipal y el juzgado número 1, en la calle Herrero, y éramos como una gran familia”. “Amo la profesión y mientras pueda, seguiré”.