Una vez terminado el aparente casting de postores para adquirir el Castellón, Castellnou2005, o sea José Manuel García Osuna y Antonio Blasco, deben ahora terminar de deshojar la margarita y en los próximos días, sino horas, resolver, en un sentido u otro, de una vez por todas, el enigma sobre el futuro de la entidad albinegra.

En los últimos tres días, un grupo de inversores británicos de orígen árabe ha estado negociando, a caballo entre Castellón y Valencia, con los dos máximos accionistas de la SAD. Es un grupo que agrada especialmente a Blasco, ya que los conoce de anteriores negocios. Sin embargo, todavía no ha presentado una oferta formal, aunque en las negociaciones estaban dispuesto a ofrecer tres millones de euros, con la deuda, cifrada entre el millón y los dos millones más, al margen.

Si bien no ha trascendido nada de los contactos porque, una vez más, ambas partes siguen al pie de la letra el pacto de confidencialidad que acompaña a estas transacciones mercantiles de tanto calado, sí es cierto que ha desbancado a la fundación European Economic Development Council (EEDC) en el ránking de preferencia de los propietarios de la entidad. Ahora bien, esto no significa que la operación esté completamente cerrada, puesto que estos inversores británicos también tienen sus reservas y están moviendo sus piezas con una lentitud que Castellnou2005 considera excesiva, por no hablar de los sempiternos avales y garantías bancarias, caballo de batalla en las negociaciones con el resto de propuestas (la propia EEDC, grupo Maganto, Pro Fútbol, la vía madrileña y Jesús Jiménez).

Sin embargo, después del inacabable, kafkiano, extraño y sorprendente proceso de compraventa del Castellón, que se ha dilatado en el tiempo durante semanas y meses, con las idas y vueltas de Castellnou2005, resulta muy arriesgado decir que la decisión está tomada al 100%.

solo 15 días // El problema es también el de siempre: el tiempo. Ya superada la primera quincena de junio, quedan 15 días para saldar las denuncias de futbolistas y técnicos que amenazan con enviar al Castellón a Tercera División. El caso es que se requieren más de 500.000 euros que, a día de hoy, es una cifra inalcanzable para los recursos de los actuales propietarios del Castellón.

Por ello, aunque sea la última opción, está el cobijo de la denostada pero salvadora Ley Concursal, que no termina de estar tampoco descartada del todo.