Un equipo multidisciplinar de arqueólogos forenses, similar al de la serie Bones, será el encargado de la exhumación autorizada de la primera fosa común del franquismo en la provincia, en el cementerio de Segorbe. Solo falta un trámite administrativo, la autorización del alcalde, Rafael Calvo, que se reunió el viernes con los familiares y está a la espera de un informe jurídico de Madrid para dar luz verde a la apertura del osario común.

El Grupo Paleolab, que trabaja a nivel nacional en el ámbito judicial y paleontológico, y que ya ha trabajado en el levantamiento de los osarios de Benegéber y Albalat dels Sorells, en Valencia, acometerá, cuando se ultimen las disposiciones administrativas que quedan pendientes, la apertura del osario en el que, según los expedientes sumarísimos de la guerra civil, están enterrados los restos del último alcalde republicano de Gátova, Cipriano Esteve, junto a dos vecinos, Vicente Martínez y Desiderio Martínez; y el presidente del Comité Revolucionario de Teresa, Tomás Marcos.

El Gobierno, a través de las subvenciones de la Ley de la Memoria Histórica, ha dado ya para la exhumación 36.800 euros, que servirán para financiar todo el trabajo del equipo forense, y que se perderán si no se inician los trabajos el 31 de agosto. Ahora, con la documentación de la Conselleria de Sanidad, en aplicación al Reglamento de Política Sanitaria Mortuoria de la Comunitat, entregada, solo queda esperar.

El alcalde, asimismo, espera todas las partes lleguen a una entente para solucionar las posturas contrapuestas de los nietos.

EL PROCEDIMIENTO // Según afirma el profesor Matías Alonso, del Grupo para la Recuperación de la Memoria Histórica de la Fundació Societat i Progrés, “primero se localizará la fosa, se extraerán los dos cuerpos, fáciles de reconocer, por la edad; se trasladarán a Paleolab y se hará un muestreo individual genético”. “Debe prevalecer el derecho histórico de devolver la dignidad a esas familias”, opinó Alonso. H