El precio del gasóleo, el motivo que provocó la huelga del sector pesquero provincial y nacional y causó el cierre del puerto de Castellón y de la mayoría del Estado, está hoy más caro que en aquel entonces. El precio medio a que se suministra el combustible en los puertos provinciales era el viernes de 0,616 euros el litro, cuando en el 2005 era de 0,48, tal como publicó este diario en su edición del 16 de octubre de aquel año. Ni siquiera actualizando aquel precio en base al IPC se acerca a las cifras actuales.

Al aplicar la tasa del 14,7%, que según el Instituto Nacional de Estadística han subido los precios en la provincia desde entonces (un 14,6% en España), el litro pasaría de costar 0,48 euros a 0,55. Una cifra muy lejana de los 0,595, que es el coste mínimo a que el viernes se pagaba el gasóleo en la provincia (mediante el abastecimiento con cubas en Benicarló). Y eso por no hablar de los 0,64 euros el litro de máximo del surtidor de Repsol en Peñíscola.

Por todo ello, el presidente de la federación provincial de cofradías de pescadores, Salvador Orero, señala que el gasóleo está “ahogando” al sector, en el que la ruina es “total”. “Si los bancos se pudieran quedar con las barcas, se llevarían la mayoría”, afirma para destacar que las dificultades para pagar las letras son habituales. No en vano, es usual que, de los cinco días de faena, tres o cuatro vayan destinados a pagar los gastos de las embarcaciones. Del resto surgen los ingresos de la tripulación, que cobra a la parte.

Preguntado por la razón por la que ahora el sector no se plantea una huelga, cuando en el 2005 sí lo hizo, Orero apunta que están escarmentados. “Desde la última no nos han dejado respirar”, indica, en forma de sanciones, nuevas tecnologías a incorporar o inspecciones. Además, patrones y marineros no pueden dejar amarradas las barcas e ir al paro “porque solo tenemos dos meses, los de veda”, manifiesta. H