Castellón ya está preparada para volver a salir a la calle. Esta ciudad, que ha demostrado ser siempre muy reivindicativa cuando le ha tocado defender lo que estima que es suyo, tiene otra cita para evidenciar que no está dispuesta a dejar que muera uno de los símbolos. O, cuando menos, denunciar los atropellos que está sufriendo por parte de Castellnou2005, la empresa que rige los destinos del club de fútbol.

Este viernes, 24 de junio, el día de San Juan (con lo que ello implica, ya que conlleva algo así como rito iniciático al verano, a la época del año de las alegrías), a las ocho de la tarde, castellonenses y castelloneros, futboleros y simples ciudadanos de a pie, tienen que estar en la plaza de las Aulas y que el corto itinerario se quede pequeño para albergar a las miles de gargantas que coreen el nombre del Castellón.

de lo virtual a lo real // Lo que empezó naciendo en las redes sociales, a través de una simple persona (para que luego digan que uno solo no puede cambiar nada), ha abandonado el terreno de lo virtual para hacerse completamente corpóreo.

Sin ir más lejos, ayer, las principales voces del albinegrismo mostraron su adhesión a la manifestación. Fedpecas (Federación de Peñas), Sentimiento Albinegro (Asociación de Pequeños Accionistas y/o Abonados) y la Asociación de Veteranos secundarán de principio a fin la concentración.

A las ocho de la tarde de pasado mañana, el albinegrismo (no solo él, sino el castellonerismo entero) tiene que estar en la Plaza de las Aulas. La comitiva partirá de allí y, a través de la calle Caballeros, desembocará en la plaza Mayor. El mismo lugar al que arriba la concentración del 9 de abril, la precursora de ésta y, a la vez, el espejo en el que se fija. Si entonces fueron 1.000, ahora tienen que ser muchos más. Incluso es posible que acuda algún jugador del Castellón, aunque el periodo vacacional y la premura de la convocatoria juegan en contra.

En cualquier caso, la Manifestación por la salvación tiene la palabra. Porque pueden quitarles muchas cosas, pero nunca la voz ni, mucho menos, el corazón.