Los campamentos son una de las principales vías para conciliar la vida laboral de los padres con el ocio de los hijos. En la mayoría de las ocasiones, es casi obligatorio, para descanso de los abuelos en algunos casos; y como arma de madurez para los pequeños. Se gana en disciplina, una faceta de la vida que se ha ido perdiendo, en respeto y orden; y se curte el carácter, sea un púber o más mayor. Ir de colonias o acudir a un campamento urbano es toda una experiencia para los niños, primero, maduran, aprenden de los otros y conocen una nueva diversidad fuera del colegio, de los amigos de la calle, del día a día, aumentando su potencial social, que ahora, con el tema de las nuevas tecnologías, pervive a través de las redes sociales, pues tuitean, están en Facebook...

Y, si, a todo estos se une un aprendizaje, bien en idiomas, por ejemplo; o en plena naturaleza, todo suma. H