Los castellonenses que quieran mantener su nivel de vida más allá del momento de jubilarse y conservar unos ingresos brutos anuales de 22.704 euros (1.892 mensuales), la renta interior bruta media per capita en la provincia, tendrían que ahorrar 71.808 euros, en el caso de los hombres. Las mujeres, por su parte, tendrán que acumular un 13,5% más, 81.529 euros, mientras que la media para toda la población suma los 76.668 euros.

Son los números que refleja el estudio realizado por ING Nationale-Nederlanden, aseguradora del Grupo ING, dentro de su campaña de sensibilización ciudadana para poner de relieve lo que consideran una necesidad de previsión social complementaria para quienes buscan no perder poder adquisitivo cuando pasen a depender de la pensión.

De hecho, las prestaciones medias de jubilación que perciben 75.712 castellonenses se encuentran en la franja más baja y más de 100 euros al mes por debajo del promedio nacional, ya que el sueldo de quien está retirado en la provincia es de solo 771 euros.

En el caso de las prestaciones de viudedad, que afectan fundamentalmente a mujeres, suman en la provincia 29.705, que subsisten con unos ingresos medios de solo 514 euros y, a menudo, gracias a la ayuda familiar.

CAMBIOS

La proyección de ING, realizada a partir de las cifras de ingresos brutos que atribuye a la provincia el último informe disponible de la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas), correspondiente al 2009, se da a conocer en un momento en el que se tramita en el Congreso de los Diputados la reforma de las pensiones, con el retraso de la edad de jubilación entre las medidas previstas.

Llega, por tanto, cuando el debate sobre las posibilidades futuras de sostener el actual sistema de protección social vuelve a estar sobre la mesa con especial intensidad. Otro dato significativo que aporta la publicación es que menos de la mitad de los españoles (44%) ahorra para la jubilación, a pesar de lo cual el 56% está convencido de que disfrutará de un nivel de vida superior al de sus padres cuando se retire.

Luis Miguel Gómez, director general de ING Nationale-Nederlanden, ha señalado a Mediterráneo que “lo importante es analizar la situación personal de cada ciudadano y comprobar si se encuentra en una situación de falta de cobertura para cuando abandone el mercado laboral, como ocurre con la gran mayoría, teniendo en cuenta que, a una mayor renta, mayor es la diferencia de los ingresos con respecto a la pensión, por lo que es necesario tomar medidas” anticipadamente.

Por su parte, la economista del despacho castellonense Iberforo, Lorena Civera, explica que “cada vez son más las personas que estudian la conveniencia de los planes de pensiones debido, especialmente, a la incertidumbre de acceder en un futuro al sistema público de pensiones”.

Civera indica que, ahora mismo, “ya no se trata solo de mejorar la pensión pública o mantener el nivel adquisitivo, sino de tener en cuenta las dudas sobre el futuro del sistema de pensiones que ahora conocemos”.

La experta informa también que, en general, “la gente comienza a preocuparse por la jubilación entre los 35 y los 45 años, y se trata de una buena edad para contratar estos productos ofertados, porque antes no tenemos una trayectoria laboral consolidada y más tarde las aportaciones a realizar para conseguir un complemento adecuado pueden resultar muy elevadas”.

Lorena Civera asegura que, en todo caso, “debemos ser muy conscientes del producto que contratamos, puesto que existe una gran variedad dentro de estos, y sus ventajas e inconvenientes”. La economista recuerda que el capital invertido en planes de pensiones solo puede rescatarse en los cuatro casos tasados por ley: jubilación; muerte; invalidez o enfermedad grave; y paro de larga duración, y añade que existen muchas otras modalidades de ahorro que pueden estudiarse, por ejemplo planes de jubilación, que son muy diferentes de los planes de pensiones.