Ryanair anunció ayer que cierra su base en el aeropuerto de Reus a partir del 30 de octubre. Aunque la aerolínea continuará volando al aeropuerto tarraconense con aviones procedentes de otras bases aéreas, el anuncio abre nuevas posibilidades a la hora de incorporar a la línea de bajo coste líder en el mundo a la nómina de compañías que pueden operar desde el Aeropuerto de Castellón, unas conversaciones que ya fueron iniciadas en su día, tal y como anunció Mediterráneo.

No en vano, el cierre de la base de Reus se produce por desavenencias “con la Generalitat [catalana] y las instituciones de Tarragona”, según el comunicado de la sociedad. Su vicepresidente, Michael Cawley, ya se apresuró a anunciar ayer que, “dada la importancia del desarrollo turístico para el crecimiento económico, en Ryanair estamos desbordados por peticiones de muchos otros aeropuertos europeos”.

Es decir, que es hora de negociar nuevas bases y la de Reus es una de las principales competidoras de Castellón, dada su cercanía y el gran flujo de aerolíneas de bajo coste. La base de Ryanair en Reus fue inaugurada en noviembre del 2008 y desde entonces ha transportado más de 5 millones de pasajeros, creando 1.300 puestos de trabajo y generando 500 millones en gastos turísticos en Tarragona, según la firma. H