La fugaz escena no pasó desapercibida en la sesión plenaria de ayer en el Ayuntamiento de Castellón: en un momento dado, durante el debate sobre la congelación de los salarios de la clase política municipal, el portavoz del PP, Miguel Ángel Mulet, interrumpió su discurso para pedir al socialista Mario Edo que no jugara a “hacerse el gracioso” para ponerle nervioso mientras intervenía en el atril. Edo alzó la voz --como tantas veces hacía en el anterior mandato-- para contestarle desde su escaño un sonoro “soy gracioso” cuando la nueva portavoz del PSPV-PSOE, Amparo Marco, giró la cabeza como un resorte y con un gesto pidió a Edo que no buscara la provocación.

Esa incitación de Edo que en el anterior mandato tantas veces acabó en bronca con el PP bajo la aquiescencia del entonces portavoz, Juan María Calles, pretende cortarla de raíz el nuevo grupo municipal que lidera Marco.

El secretario local del PSPV en Castellón, Pep Lluís Grau, esgrimirá mañana este cambio de rumbo en la labor de oposición como aval en la complicada asamblea que celebrará el PSPV en el hotel Intur. Lo hará junto a la promesa de más trabajo en el Ayuntamiento y de más coordinación con el partido para tratar de desactivar el previsible intento del entorno de Juan María Calles --quien lleva un mes de baja médica y nadie sabe si asistirá--, de Juventudes Socialistas, de los afines a Clara Tirado y de algunos miembros del sector nacionalista como Juli Domingo o Isabel Escudero de forzar su dimisión y la de la ejecutiva para crear una gestora.

Grau no estará solo en la asamblea. A su lado se alineará en bloque el sector Socialistes de Castelló (SoCa) que lidera Marco y la gran mayoría de la comisión ejecutiva, lo que le permitirá salvo sorpresa seguir al frente de la agrupación.

En una posición intermedia se situará Izquierda Socialista (IS) cuyos rostros más visibles son el exconcejal Nuño Jiménez y la actual edil Carme Oliver. Ayer se reunieron en la sede de la calle Carcagente para analizar qué harán mañana. Lo más probable es que rechacen la gestora y pidan más diálogo.

Grau profundizó ayer en esa idea al prometer “abrir un periodo de participación y de transparencia” que implique más cohesión entre la ejecutiva, el grupo municipal y el resto de la candidatura del pasado 22-M. Los afines a Grau y Marco creen que una de las causas de la derrota fue la desconexión entre esas tres patas del socialismo local. Reuniones de trabajo a tres bandas como la del pasado miércoles no se celebraron bajo la batuta de Calles y eso quieren cambiarlo. H