Castellón recupera a su beata sor Isabel Calduch. Los restos de la monja han vuelto a su oratorio junto al altar de la capilla del convento de Monjas Capuchinas después de que fueran trasladados, sin permiso diocesano del obispado, al que será el nuevo hogar de las hermanas de Núñez de Arce en Barbastro (Huesca), a más de 400 kilómetros de la capital de la Plana. El osario de sor Isabel, beatificada por el Papa Juan Pablo II en el 2001, descansan de nuevo en su lugar de oración tras la movilización social y de feligreses, después de que Mediterráneo destapara el rapto de la beata, el pasado 14 de octubre.

En un escueto comunicado, el vicario general de la diócesis de Segorbe-Castellón, Miguel Simón, señaló que “los restos de la beata Isabel Calduch ya se encuentran en el monasterio de las Capuchinas de Castellón, según la información recibida de parte de la madre federal de las Capuchinas, a instancias del obispo, Casimiro López Llorente”. El osario llegó ayer mismo al templo, según ha podido saber este periódico, y los castellonenses podrán visitarlo en el horario habitual de la misa del convento capuchino, a las 8.00 de la mañana.

El concejal de Cultura del Ayuntamiento de Castellón, Vicent Sales, que ha trabajado mano a mano con el obispado para la recuperación de “un patrimonio no solo religioso, histórico y cultural de la ciudad, sino importante en lo sentimental”, dijo ayer estar “satisfecho” por el “trabajo hecho por la ciudad, después de las gestiones que han realizado todas las partes implicadas en esta tarea”. El director ejecutivo de Castelló Cultural, Vicent Farnós, dijo que “la beata debe estar en Castellón, pues forma parte de su historia y del devenir del propio convento capuchino castellonense”. Y el director territorial de Patrimonio, Fran Medina, señaló que “es positivo que devuelvan una parte de la historia que nunca debió irse”.

El regreso forzado por la presión social e institucional ha sido una orden directa de la madre federal de la Orden Capuchina, tal y como adelantó Mediterráneo. El concejal de Cultura señaló que “ha sido el municipio y sus instituciones, pero también gracias a los ciudadanos y a los fieles de sor Isabel, que, de la noche a la mañana, vieron cómo desaparecieron sus restos, que ahora están de nuevo en su sitio”.