Javier Moliner declaró que respecto al personal de la Diputación habrá un máximo control sobre los gastos extraordinarios, es decir, en dietas o retribuciones por productividad. También se amortizarán aquellas plazas que vayan quedado libres por jubilaciones. En este sentido, el presidente de la Diputación insistió en aplicar criterios “de movilidad horizontal”. Esto implicará cambios de personal de departamentos cuando sea necesario, “pero sin ningún tipo de merma en la categoría profesional”. La Diputación ya ha anunciado diversas acciones de gestión directa encaminadas a aliviar a los ayuntamientos. “Ante la complicada situación económica que ha provocado el Gobierno por no saber ni identificar, ni analizar, ni afrontar la crisis, hemos tomado medidas que pueden suponer unos 20 millones de ahorro”, señaló.

La prioridad de las cuentas del 2012 estará centrada en mantener la atención focalizada en los consistorios, “por lo que se están tomando muchas medidas para mejorar los servicios” que les presta la Diputación.