Hace no muchos años, en Castellón la agricultura era la base fundamental de riqueza económica y su principal motor era la fuerza animal. De ahí que la protección de burros y caballos fuera primordial, bajo la advocación de Sant Antoni. Ayer, la tradición volvió a tomar las calles, con la procesión cívica en honor al santo patrón de los animales, con una participación de 1.500 personas y sus respectivas mascotas, que desafiaron al descenso térmico matinal, Miguel Roig, de la Asociación Amigos de los caballos, responsable de la cita.

Alrededor de las 10.00 horas, empezaron a concentrarse vecinos de Castellón con perros, galápagos, peces, hurones, convertidos en mascotas habituales. Pero también pudieron verse guacamayos, conejos y hasta una llama andina. Asimismo, 255 caballos y 30 carros participaron en la celebración de los actos en honor a Sant Antoni. A las 11.00 partió toda la comitiva en procesión, con las reinas de la Magdalena y sus cortes de honor, a bordo de carros para recorrer las principales calles de la ciudad. Frente a la iglesia de la Sangre se encontraba instalada una tarima en la que el sacerdote, acompañado del alcalde de Castellón, Alfonso Bataller, bendijo a todas las mascotas.

Más tarde, las reinas y sus cortes repartieron los 3.000 rollos bendecidos y 1.500 cintas entre los asistentes a esta celebración que organiza desde hace 20 años ACA. Entidad que ha pedido una reunión con el Ayuntamiento ante la “magnitud” que está tomando esta expresión festiva.