El congreso del PSPV-PSOE comenzó ayer como se esperaba: con mucha tensión. Los nervios dominaron las primeras horas de la cita socialista que debe marcar un punto de inflexión en la historia de una federación valenciana cada vez más hundida y que no levanta cabeza desde 1995.

El secretario general, Jorge Alarte, prolongó su defensa del informe de gestión para amagar la debilidad con la llegaba al congreso y ganar tiempo para conseguir adhesiones de última hora a su nueva candidatura.

Pese a este intento, el primer signo de flaqueza quedó patente de inmediato, ya que Alarte no consiguió imponer la composición de la Mesa del congreso. Ximo Puig y los otros dos aspirantes, Francesc Romeu y Manuel Mata, acordaron que el alcalde de Morella tuviera a dos afines (la burrianense Yolanda Porcar y Mariola Fluviá) y el resto uno. Alarte no aceptó en un principio al entender que el secretario general no podía quedar en esa minoría, pero al final tuvo que ceder por temor a perderlo todo. Así pues, además de por las dos citadas, la Mesa quedó conformada por Ferran Verdú (próximo a Alarte), Marta Trenzano (afín a Romeu) y Voro Soler (de Manuel Mata).

CAMBIOS // El segundo revés para el líder socialista tampoco se hizo esperar puesto que su intención de que se recogieran avales para las candidaturas antes de su lectura de la gestión (al pensar que así le sería más fácil obtener apoyos) fue tumbado por la Mesa, que impuso para después de la votación la apertura de las urnas.

Alarte, que se dirigió a los delegados en un tono más de candidato que de secretario general, pidió “más tiempo” al frente del partido y atribuyó a la crisis económica los problemas de su gestión. Fue llamativo que al inicio de su intervención, Leire Pajín -afín ahora a Puig-- se levantara y abandonara el auditorio.

No hubo ni un socialista en los pasillos durante el parlamento de Alarte, tanta fue la expectación creada. “Doy la cara desde la seguridad de haber puesto la cara todos los días para que nos la partieran”, resaltó el valenciano.

Hasta las 22.30 horas no llegó el momento de escuchar las intervenciones. Hubo delegados (muchos) muy críticos con Alarte aunque también hubo quien defendió su labor como líder.

MENSAJE // Algunas de las personas que se manifestaron en positivo reclamaron a los asistentes que desligaran la votación del informe de gestión de la de elección de secretario general.

Al cierre de esta edición más de una treintena de personas habían intervenido y se esperaba que al menos otras 20 también lo hicieran. Teniendo en cuenta las críticas de ayer y el hecho de que durante las últimas asambleas celebradas en toda la Comunitat tres de cada cuatro agrupaciones reprobaran su gestión, es más que probable que Alarte no consiguiera convencer con su informe a los delegados. De ser así, habrá que ver si pese a todo decide seguir como candidato y enfrentarse hoy a Puig o si se retira, en cuyo caso no se descarta que uno de los otros dos aspirantes, probablemente Mata, recoja sus avales y se enfrente al de Morella.

La batalla no ha hecho más que comenzar. Como sucede siempre en el PSPV-PSOE, cualquier cosa puede ocurrir. La primera palabra la tienen hoy los delegados pero la última será cosa del nuevo líder al que elijan hoy. H