El teniente coronel Juan José Miralles Bagán tomó ayer posesión de su nuevo cargo como comandante de la Guardia Civil de Castellón en un solemne acto presidido por autoridades militares y civiles tras el que anunció que la crisis frena la construcción de los nuevos cuarteles que demanda la provincia, en Almassora y Onda. Pese a ello, matizó, “se seguirá invirtiendo en mantener los que tenemos en las mejores condiciones” y en cuanto a la plantilla, de la que forman parte 1.400 efectivos, “está perfectamente dimensionada y se mantendrá”. No obstante, dijo, “habrá que trabajar en su eficiencia, adaptándose a las necesidades actuales y que siempre cuando un ciudadano tenga un problema haya un Guardia Civil que le pueda atender”.

Por ahora, según apuntó la delegada del Gobierno Paula Sánchez de León, “Castellón es una provincia de buen trabajo y buen hacer en materia de delincuencia, permitiendo bajar los índices en los últimos años”. Además, aseguró que “Castellón tiene la tasa de criminalidad más baja de la Comunitat, de un 47,3 por cada mil habitantes, cuando la media autonómica es de 55,6”.

En cuanto al acto en sí, se inició con una alocución del nuevo comandante de la Benemérita de Castellón en la que reconoció que con esta toma de posesión culminan sus “expectativas profesionales”. “Aportaré mi esfuerzo para que, partiendo de las competencias funcionales que la legislación encomienda a cada colectivo, potenciemos los procedimientos de colaboración y coordinación con el Cuerpo Nacional de Policía, Policías Locales y demás colectivos”. Un desfile por los alrededores del cuartel puso fin al evento.

OBJETIVO TERRORISTA // Por otra parte, la delegada del Gobierno negó que la Comunitat sea objetivo de ninguna banda terrorista, después de que se interceptara un comunicado en el que el grupo yihadista Ansar Al Din, socio de Al Qaeda, la fija como tal. H