Los rectores de las cinco universidades públicas de la Comunitat tienen previsto reunirse con la consellera de Educación, María José Catalá, este lunes, para abordar la subida de las tasas el próximo curso. La Jaume I reivindica que la Conselleria aplique la mínima subida prevista en la horquilla por parte del Ministerio y una política de becas que contemple la singularidad de la UJI.

La UJI teme que la subida de tasas conlleve volver al modelo de universidad existente a principios de los 90 o a la época del Colegio Universitario de Castellón.

Según sus cálculos, un incremento mayor sería muy perjudicial para universidades de tamaño medio o pequeño como la UJI y que están en núcleos con menor densidad demográfica, ya que el alza de tasas provocará que se reduzca el número de personas que pueden acceder a la Universitat y, al caer el número de alumnos, bajará también la oferta de titulaciones, con lo que habrá carreras que no se podrán ofertar o que habrá que ir fuera a cursarlas, lo que agravará el problema.

Esto, además, puede tener repercusiones económicas para toda la provincia, ya que actualmente un 25% de los 14.500 alumnos de la UJI procede de fuera de nuestras comarcas, lo que genera un impacto en la economía provincial. A ello hay que sumar los castellonenses que no tienen que trasladarse para estudiar la carrera.

Especialmente preocupante es el caso de los másteres, ya que se habría de reformular la actual oferta, reduciéndola y obligando a los castellonenses a matricularse en otras universidades.

Asimismo, abordará la implantación de los grados de Videojuegos y Gestión y Administración Pública, que la Jaume I tiene previsto implantar el próximo curso.

Miembros del consell de govern sugirieron ayer al Consejo de Dirección que haga un manifiesto de apoyo a la actuación de los rectores, después de que decidieran no acudir al pleno del Consejo de Universidades por no incluir ninguna mención en el orden del día al real decreto que modifica el sistema de tasas universitarias y de dedicación docente. H