En un acto cultural público en el patio de la legendaria ‘Casa dels Caragols’, me tocó intervenir como animador y, en un momento de inspiración, invité a salir al primer tramo del escenario a las Reinas de las Fiestas de Castellón, María España y Carla Collazos. Pretendía que contaran a los asistentes sus impresiones personales sobre las entonces recientes celebraciones magdaleneras. María estuvo natural, señorial diría en su comportamiento y sus palabras regias. Carla mostró la espontaneidad de su condición de niña, de reina infantil. Y dijo públicamente que lo que más emoción le había causado fue el último concierto de la Banda Municipal que había dirigido el maestro Paco Signes, el día de su despedida-homenaje. Respuesta que mereció una atronadora ovación del público. Todo aquello me hizo pensar que, aunque mis seres humanos de esta página son generalmente personas que han vivido en otro tiempo, también de vez en cuando aparece alguna circunstancia que me hace poner el foco de atención sobre personas vivas, muy significadas por su actividad pública. Y el gesto de Carla me animó a dedicar la página a Francisco Signes Castelló, el músico, compositor y director de nuestra destacada Banda Municipal en los últimos tiempos.

GARCÉS Y FELIP // Claro que me acuerdo del anterior director, don Juan Garcés Queralt, con quien conviví hermosas experiencias en mis años de miembro de la Junta Central de Festejos de la Magdalena, en el tiempo del parador ‘Hostal de la Llum’, que yo dirigía artísticamente en los años sesenta. Y ahora en los últimos tiempos en las dos o tres ocasiones en que Paco Signes invitó a quien había sido su maestro para dirigir la Banda Municipal en algún concierto de especial significación. O de las leyendas que nos llegaban del más anterior, don Eduardo Felip, toda una institución en lo musical de Castellón. Pero el paso por la agrupación bandística con la batuta en la mano de Signes, tiene un acento muy señalado para los castellonenses de este tiempo y de al menos dos generaciones desde los años ochenta. Y también para los vecinos de Vila-real, donde fue igualmente director de la Banda La Lira, de 1975 a 1998, así como profesor del Conservatorio ‘Mestre Goterris’ vilarrealense desde su fundación. Y, mientras tanto, también intervino con éxito entre 1981 y 1983 como director de la Banda Unión Musical Santa Cecilia de Viver, cuando comenzó a ser invitado para dirigir muchísimos conciertos en poblaciones de la provincia y otros muy significados lugares de España.

LA VIDA // En Real de Gandía, provincia de Valencia, municipio especialmente naranjero de unos dos mil habitantes, junto a la propia ciudad de Gandía, capital comarcal, vivían el músico Francisco Signes Jordá y su esposa Rosario Castelló Carbó. Allí nacieron sus dos hijos, Paquito y Rosario. El futuro director musical lo hizo el 6 de febrero de 1942 y, después del colegio de primera enseñanza, comenzó pronto sus estudios musicales de Piano, Tuba, Bombardino, Trombón, Composición y Dirección de Orquesta y Coros, en un carrusel ininterrumpido de ilusiones y de buenas notas en el célebre Conservatorio Superior de Música, de Valencia, del que fue alumno muy aventajado. Tanto, que a los 18 años, ya vino a Castellón invitado como solista por el maestro Juan Garcés, para un concierto extraordinario. En enero de 1961, firmó con el Ayuntamiento el contrato como bombardino solista --después tuba-- que le ligaba a nuestra Banda Municipal. Unas semanas después, en Magdalena, y siendo también partícipe de la volteta per el carer d’Enmig, conoció a Isabel. Le habló, la invitó a chocolate y empezaron a salir juntos. El 20 de mayo de 1967, en la Iglesia Mayor de Santa María, Isabel Vilar Miravet y Francisco Signes Castelló contrajeron matrimonio. Se compraron un piso en la avenida del Mar y allí vive la familia desde entonces. Y, poco a poco, fueron llegando los hijos. María José, Anabel, Francisco Javier y Silvia. Y tres nietos, Alejandro, Paula y Pablo.

EL CUARTETO // Paco Signes bautizó a sus cuatro hijos como “el cuarteto”, empleando para ello el argot musical. Francisco Javier, el único que permanece soltero, es pianista y miembro de la Banda Municipal como teclista. Así que el apellido Signes durará como máximo una generación. Estuve muy cerca de toda la familia en al Auditorio cuando la Banda Municipal de Castellón programó su último concierto, titulado Despedida del Maestro Signes, el día 30 de marzo. Oficialmente se había jubilado por imperativos de la edad el 6 de febrero, pero se convino un prórroga para vivir la última Magdalena con la Banda y dirigir su último concierto, interpretándose bandas sonoras de cine, con obras como Lo que el viento se llevó, Titanic, West side story, la suite Piratas del Caribe, La vida es bella o una selección, entre otras, de películas de Charles Chaplin. En el parlamento de Francisco Signes, muy emotivo, tuvo que ser su nieto Alejandro quien ante la emoción de su abuelo, leyera en su nombre los últimos párrafos de despedida que había escrito en una hoja de papel pautado.

TODO MÚSICA // En los documentos oficiales está escrito. Desde 1999, las plazas de los músicos que conforman la Banda Municipal --más de 50-- se transformaron en “plazas de plantilla”, que pasaron a ser a tiempo completo, salvando así el bache que se venía arrastrando desde los años ochenta en que la agrupación estuvo en peligro de quedar reducida a una pequeña formación musical de 20 plazas. Por otra parte y dentro de su vida profesional hay que dejar constancia de que en 1980, cuando tuvo lugar una nueva fundación del Conservatorio Superior de Música de Castellón, Francisco Signes ya ocupó una plaza de profesor. Y, en todo momento, se han aplaudido sus arreglos para banda, que han permitido valorar en mayor medida las melodías universales que tanta fascinación ejercen en los oyentes, con un ritmo preciso y la mágica expresividad que comunica. Y es más que importante lo que Signes ha conseguido con la música swing, el jazz y la de las grandes películas. En lo personal, nunca olvidaré aquellos cursos de Directores de Bandas de Música, que empezaron organizando el Ayuntamiento y la Diputación. Como secretario oyente, pude permitirme el lujo de saborear el inmenso saber de gente como el insigne Adam Ferrero, Alejandro García y Francisco Signes. ¡Qué placer el de aquellos días...! H