Ultimo adiós al héroe del Grao, Francisco Gabriel López Peláez. Se dejó la vida para rescatar del mar a un niño de 13 años que se estaba ahogando en el espigón de la playa del Pinar, frente al Planetario. Decenas de graueros acudieron ayer por la tarde al funeral por su alma que se celebró en la iglesia de San Pedro. En el ambiente se respiraba tristeza, amargura y desconsuelo... Sus padres y hermanas estaban destrozados. Sus amigos, muchos sin dormir, sin asimilar lo ocurrido.

El dolor desgarrador de quienes presenciaron y vivieron la muerte de Gabriel en la playa silenció durante toda la mañana las visitas al tanatorio, donde velaron su cuerpo. Su amigo Antonio José Lavernia explicó, acompañado por su madre, cómo sucedió todo: “Estaban tres niños con una señora y entonces escuchamos que pedían auxilio... ¡Mi niño! ¡Mi niño!, gritaba la mujer... Yo me lancé al mar, como soy patrón de barco conozco lo traicionero que es, y me sujeté a las rocas... Pero, de repente, vi que Gabriel también se tiró al agua... Las olas rompían con fuerza contra el espigón... y conseguimos sacar al pequeño y sus amiguitos lo subieron arriba”.

¡TONI! ¡TONI! ¡AYÚDAME! // Y continuó narrando entre lágrimas: “Entonces a Gabriel la fuerza del mar lo arrastró... Yo le dije que se sujetara a mí... y él me gritaba: ¡Toni! ¡Toni! ¡Ayúdame!... Pero yo no podía levantarlo... y fue en ese instante cuando llegó su prima Lidón y entre los dos queríamos sacarlo y veíamos que tenía la cara sumergida... Al final conseguimos sujetarlo cerca de las rocas hasta que llegó un socorrista que lo subió en la moto acuática”.

Cuando trasladaron a Gabriel a la orilla todos intentaron reanimarle. Este contaba con un golpe en la cabeza. “Su prima le practicó los primeros auxilios, pero los socorristas dijeron que no podían hacer nada...”, aseguró Antonio José. Por su parte, la prima del fallecido, Lidón, recordaba sin poder contener el llanto: “Cuando llegó a la arena estaba con vida... le salía espuma por la boca... Yo sabía que estaba vivo, pero nadie hacía nada por reanimarle...”. Gabriel moría por ahogamiento.

Fueron sus vecinos y familiares quienes lo vieron por última vez antes de ir a la playa. Ángeles Ciudad indicó: “Yo lo vi pasar y me dijo, me voy a la playa”. Por su parte, Nani, la madre de su amigo, recordó: “Era el primer día que iban a la playa... Una desgracia para todos lo ocurrido”.

Sus amigos lo definían ayer como un hombre alegre, altruista, que lo daba todo por los demás... trabajador y gran persona”. H