La sanidad pública está en plena metamorfosis. En enero del próximo año se materializarán los cambios que ahora se están gestando en el seno de la Conselleria de Sanidad y, a priori, se aventuran novedades que afectan directamente al sistema sanitario actual.

Modificaciones que desde la Generalitat aseguran que serán meramente estructurales, de gestión, pero que no afectarán al usuario final de este sistema, el paciente. Y es que cuando el nuevo modelo todavía está en fase embrionaria, desde la Administración autonómica se apresuran a garantizar que los ciudadanos “seguirán sin pagar nada por su asistencia, seguirán teniendo los mismos profesionales sanitarios y seguirán teniendo que acudir a sus mismos centros de salud y hospitales”.

Los profesionales del sector -médicos, enfermeros y farmacéuticos, no obstante, no se acaban de fiar y solicitan a la administración autonómica que se les deje participar en la redacción del nuevo modelo.