La familia Cumba-De la Rosa recuperó ayer una tradición de los años 50: la llavà de cara de Sant Pere, en la que participaron los clavarios de Sant Roc de la Donació Cecilia Araque y Domingo Molner, el pregonero Robert Nebot y Mª Fe de la Rosa. Un acto, paralelo al programa oficial, que fue seguido con emoción por los graueros y las autoridades presentes.

Teresa y Tonica Martí fueron dos de las personas que lo vivieron con más sentimiento, con lágrimas en los ojos. Y es que ellas dos, junto a su hermana Encarna, recientemente fallecida, asentaron esta costumbre siendo solteras, en los años 50. “Nos hemos emocionado mucho al ver de nuevo cómo limpiaban la cara de Sant Pere. La gente se ha volcado y ha sido muy emotivo. Esperamos que en el futuro se repita”, reconocían las protagonistas a este periódico.

Todo comenzó, explica el hijo de la primera, Fernando Cumba, “porque tenían el retablo en la fachada de casa y aprovechaban el día del patrón para limpiarlo y adornarlo con flores, ya que las calles eran de tierra y acumulaba mucho polvo durante el año”. Poco a poco convirtieron esta tarea en una tradición que, sin embargo, se perdió tras más de una década celebrándose. El retablo cerámico estaba entonces en la calle Canalejas número 63 y ahora luce en la fachada del número 10 de la calle Virgen del Carmen, donde vive Cumba. Allí mismo es donde se congregaron ayer los graueros antes de la ofrenda de flores para retomar esta vieja costumbre en un corto pero intenso acto en el que la clavaria Araque y De la Rosa -mujer de Cumba- rememoraron la tradición. El pregonero Robert Nebot cerró la cita con un sonoro Visca Sant Pere! al que siguió una cerrada ovación de quienes seguían el acto. H