La Diputación de Castellón afrontó el viernes su mayor amortización ordinaria de deuda con entidades financieras. En la amortización trimestral de junio de los préstamos suscritos con una decena de entidades financieras, se procedió a pagar 2,7 millones de euros. Además de esta amortización, la institución que preside Javier Moliner también ha pagado esta semana pasada 675.683 euros al Gobierno para compensar sus errores en la financiación del 2008 y del 2009.

De esta forma, la Diputación ha reducido la deuda global en 9,5 millones en lo que va del 2012 y en casi 16 millones desde el 31 de julio pasado, pasando de 139,9 millones de entonces, a los 124,28 millones actuales, según indicaron desde la institución.

La previsión es cerrar el año con una deuda de unos 110 millones de euros, tal y como publicó Mediterráneo el fin de semana pasado. “Al acabar este año, la deuda total estará en 110 millones de euros, habremos devuelto ya 30 millones --unos 20 millones a los bancos y más de 10 millones al gobierno-- y todo ello solicitando cero préstamos en año y medio”, explicó ayer el vicepresidente y responsable de Hacienda y Contratación en la Diputación provincial, Miguel Barrachina.

El presidente de la Diputación, Javier Moliner, se ha fijado como claves en materia económica alcanzar una máxima solvencia, a través de una elevada disponibilidad en tesorería. Así, por ejemplo, esta semana no solo se ha hecho frente a la amortización de los créditos, sino que desde Diputación afirman que se han hecho efectivas “todas las nóminas, incluida la extra, y otros pagos por un importe superior a los seis millones de euros”.

Asimismo, Moliner pretende mantener la “morosidad cero” con proveedores y la máxima celeridad posible en todos los pagos. De hecho, el plazo medio de pago de la institución está en 35 días y solo en 28 días para el pago de las inversiones.

Miguel Barrachina explicó que esta situación es posible por la política de austeridad (reducción en gastos en más de 11 millones, entre otras medidas adoptadas). H