La nacionalización de Bankia, y con ella la extinción hoy de Bancaja --una de las siete cajas que se fusionarion para crear el banco--, no fue fruto de una mala gestión, sino de “hechos sobrevenidos”. De hecho, las cuentas estaban “bien hechas”.

Fueron las palabras que salieron del todavía vicepresidente de Bancaja, el castellonense Antonio Tirado, que ayer declaró como imputado en la Audiencia Nacional --junto a otros 32 altos cargos--, que investiga cómo se hizo la fusión de las cajas y la estrategia que se utilizó para la salida a Bolsa de Bankia, que a los pocos meses fue nacionalizada.

Antonio Tirado, quien fue alcalde de la ciudad de Castellón con el PSOE, y que está en el consejo de administración de Bancaja como vicepresidente a propuesta del Partido Popular, respondió al juez Andreu, quien le acusa de los supuestos delitos de falsificación de cuentas, administración desleal o fraudulenta, maquinación para alterar el precio de las cosas y apropiación indebida.

Hay que recordar que Bankia pasó de tener unos beneficios de 309 millones de euros a unas pérdidas de 2.979 millones de euros, por lo que el Banco de España, a través del FROB, se vio obligado a reformularlas e inyectar 19.000 millones procedentes de los fondos públicos para garantizar su viabilidad. Fue entonces cuando dimitió el que era su presidente, Rodrigo Rato, siendo sustituido por José Ignacio Goirigolzarri.

Según declaró Antonio Tirado al juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu, las cuentas del año 2011 aprobadas en marzo “estaban bien hechas”. Y justificó el agujero en los balances a “hechos sobrevenidos” que estuvieron motivados por “el deterioro de la situación económica y el aumento de la morosidad” de los clientes, a través de créditos hipotecarios. Es decir, que no atribuye el desfase a su propia gestión, sino a factores externos.

DOS GRANES AGUJEROS // El todavía vicepresidente de Bancaja también cuantificó en 3.000 millones de euros el agujero en los activos inmobiliarios, y en 5.000 millones el de la cartera crediticia, señalando que Bankia se vio perjudicada por los dos decretos aprobados por el Gobierno de Mariano Rajoy para el saneamiento de los activos inmobiliarios de las entidades financieras, obligando a hacer provisiones de fondos. H