No saber ponerse el preservativo o creer que la píldora protege del sida son dos de los problemas frecuentes que Cruz Roja detecta en los adolescentes, dentro del programa sobre sexualidad que la oenegé imparte en los institutos de la provincia. Hoy se celebra el día internacional de esta enfermedad.

Vanessa Bono, técnica de Cruz Roja Juventud, explica que muchos adolescentes no saben ponerse correctamente el preservativo. No saber ponerse el condón o ponerlo del revés, no dejar suficiente espacio para el depósito de semen o colocarlo sin cubrir completamente el órgano sexual son algunos de los problemas que esta técnica detecta, al igual que a la hora de quitárselo, hacerlo antes de que baje la erección.

Además, todavía perviven en ellos mitos, como que los anticonceptivos hormonales o la píldora del día después previenen de las enfermedades de transmisión sexual. “Se confunden mucho”, indica. Otro de los problemas es que “no están muy preocupados por el VIH ni por las enfermedades de transmisión sexual; les preocupa más el riesgo de un embarazo y no son conscientes del daño que puede provocar una enfermedad de transmisión sexual”, manifiesta.

Tampoco, agrega, tienen claras las vías de transmisión del VIH: “Por ejemplo, ni se imaginan que el sexo oral es una vía de transmisión del VIH”. Asimismo, “el preservativo femenino no lo conocen y les sorprende que exista”.

Las charlas, de cuatro sesiones, incluyen formación sobre sexualidad y habilidades sociales. Y es que, según explica, “no saber decir que no quieren mantener relaciones sexuales o que no quieren hacerlo sin preservativo, por timidez o por miedo de que les dejen, dificulta la toma de decisiones, unido a que el consumo de alcohol o drogas puede provocar que no valoren adecuadamente las consecuencias”.

Una decena de institutos de Castellón, Almassora, l’Alcora, Burriana, Onda y Vila-real participan en estas sesiones, impartidas a adolescentes a partir de 14 años de edad por monitores jóvenes, lo que favorece que la información les llegue mejor. “Al principio, cuando empiezas hay risas, vergüenza, pero luego se van relajando”, explica esta técnica.

Apunta que aunque personas de alguna que otra cultura sean reticentes y que si el padre no quiere el alumno no asiste a estas clases, normalmente las aulas suelen estar llenas. H