Uno de los administradores concursales que intervino en el proceso concursal de Porcelanatto, la nave que acumuló durante año y medio amianto cancerígeno, responsabiliza a los actuales propietarios de la situación. Según explica Juan Pascual Sorlí, “nosotros entregamos las naves en perfecto estado de uso, tal y como estaban construidas”.

Así, indica que durante el tiempo en el que los administradores concursales se hicieron cargo de la situación, hasta 2008, tanto las naves como las oficinas, se encontraban “en perfecto estado”, y, además, contaron con vigilancia hasta última hora”, manifiesta. De esta forma confirma lo expuesto por otro de los administradores concursales, Adolfo Boix.

Después, entregaron la posesión a un grupo de bancos, tras lo cual “entraron a robarles, les quitaron las estructuras metálicas y provocaron un incendio, pero nosotros no tenemos nada que ver ya”, explica a este diario Boix.

El alcalde de Borriol, Adelino Santamaría, asegura que el Ayuntamiento requirió a los propietarios “que presentaran el proyecto de derribo y pagaran la licencia de obras, como tampoco pagaron el IBI durante años, y no han contestado ni pagaron la licencia de obras porque la nave se derribó a lo bestia”, dice. Santamaría atribuye esta situación a que la propiedad estaba repartida entre un grupo de bancos. Asimismo, el primer edil apuntó que el consistorio está recabando toda la documentación en torno al caso, para poder ponerla a disposición de la fiscalía provincial y de la Conselleria de Medio Ambiente. H