El uso que hacen los adolescentes de las nuevas tecnologías preocupa y mucho a familias, docentes y expertos. El vídeo en Youtube de unos chavales de Castellón pegándose patadas voladoras o golpes en los testículos, que ha denunciado esta semana Mediterráneo, abre el debate sobre los graves peligros que comporta para los menores el uso de internet. La grabación, emulando a la serie amercana de la MTV Jackass, ha sido borrada, aunque la Fiscalía investigará los hechos. Y es que el control de los padres se antoja un elemento fundamental para evitar situaciones embarazosas que rozan el delito. La brecha digital corre en contra de los progenitores porque sus hijos son los llamados nativos tecnológicos.

El problema llega a tal punto que los expertos advierten de la adicción creciente de los adolescentes castellonenses al móvil, ya que es la principal herramienta a través de la cual acceden a internet y de ahí a las redes sociales (Facebook y Tuenti) o al chat WhatsApp. “La adicción tecnológica entre los más jóvenes es muy preocupante, porque desde edades tempranas usan el móvil de forma abusiva sin ningún control”, destaca Francisco López, presidente de la Fundación para la Prevención y Tratamiento de Drogodependencias y otras Adicciones (Patim).

Según estudios recientes, siete de cada 10 menores se conecta al menos dos horas al día a internet y emplea el teléfono móvil para ello. “Todo abuso es peligroso y más cuando son menores”, alerta López. La última moda entre los jóvenes castellonenses son los informers, perfiles de Facebook donde un grupo de alumnos de un mismo centro cotillea llegando a difamar o a atentar contra la intimidad. La Universitat Jaume I e institutos de Vinaròs, Benicarló y Peñíscola ya tienen su informer.

MEDIDAS // Ante esto, los expertos apuestan por la educación como la mejor prevención. “Debería haber desde primaria una asignatura sobre el código ético en nuevas tecnologías”, explica López, mientras el jefe de la unidad de delitos informáticos de la Policía Nacional de Castellón, Pere Cervantes, se muestra partidario de los programas de control parental de fácil descarga. En ellos el progenitor puede limitar las horas de navegación o copiar los contenidos web que consulta el menor. De igual manera, la directora del Departamento de Psicologia Evolutiva y Educativa de la UJI, Lidón Villanueva, plantea la necesidad de firmar un contrato conductual consensuado, que permita fijar límites. H