La escultura Homenaje a las Víctimas del Terrorismo, de Juan Ripollés, que cayó casi por completo el sábado al ceder por las fuertes rachas de viento, le ha hablado a su artista. La obra le ha pedido que se quede como está. De esta forma, el más internacional de nuestros creativos ha solicitado al Ayuntamiento “que el conjunto escultórico no se vuelva a levantar, que solo sea aseado, adecentando la base en la que se apoya”.

El escultor y pintor realizó este anuncio en rueda de prensa, acompañado del concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Castellón, Miguel Ángel Mulet, tras la reunión que mantuvo con el alcalde, técnicos municipales y el resto de partes implicadas para debatir qué se hace, a partir de ahora, con esta obra artística. Así, tras argumentar que “el arte nace de emociones”, relató luego apesadumbrado: “Yo hice una escultura, la entregué y tuvo una corta vida, pero vivió”.

Añadió que el accidente que ha sufrido la pieza “ha transformado su realidad; miraba al cielo y ahora besa la tierra”. Indicó, asimismo que, después de dialogar con ella durante cuatro horas de madrugada, “me dí cuenta de que acababa de terminarla cuando se produjo la caída”. “Entonces me dije que la naturaleza me ha ayudado a acabarla porque la escultura nació recordando las vidas rotas de las víctimas y ella misma se ha truncado y su realidad se ha transformado, como les ocurrió a las víctimas, que de la vida pasaron trágicamente a la muerte”, aseveró el artista.

SU ORIGEN // “Déjame, no me toques” es lo que le dijo la escultura tumbada en el suelo a Ripollés. “Como si fuera un muerto que está enterrado y no quiere que lo remuevan”, describiendo de esta forma el por qué y el cómo de la reacción de su pieza escultórica abatida por el viento. La figura, tal y como ha quedado después del accidente, “es más representativa y está más cerca de la verdad de su origen, porque ha sufrido lo mismo que las vidas humanas azotadas por el terrorismo”.

“Mi obra ha sufrido también el terrorismo de la naturaleza”, abundó el artista para justificar su petición al Ayuntamiento.

LA RAZÓN Y EL TIEMPO // En su alegato de defensa de que la escultura se quede como está, reconoció que es “algo difícil de entender”. “Comprendo que no es fácil asumirlo y sé que no me va a ayudar, a corto plazo, pero me siento más identificado con esta escultura y el tiempo me dará la razón”, señaló Ripollés con lágrimas en los ojos. “Si tengo que volver a hacerla para que sea lo que fue, lo haré, pero con dolor”, concluyó el reconocido artista.