“El director provincial del Instituto Nacional de la Seguridad Social y de la Tesorería General de la Seguridad Social comunica su inminente jubilación”. Así lo hizo público él mismo, Manuel Cerdá, que con 69 años, 43 de servicio, 21 frente a la dirección y una prórroga a sus espaldas, ha declarado hallarse en “el momento oportuno para un merecido descanso, encontrándome en perfectas condiciones físicas”, asiente en tono afable el ya exdirector. “Los retos están sobre la mesa”, confiesa Cerdá. El próximo que ocupe su puesto se enfrentará a un laborioso entramado de metas, como “ahondar en lo telemático”. Una realidad que ha virado ante sus ojos: “Antes, la mejora de pensiones era por la noche y sin compensaciones; era todo tan distinto”, recuerda con respeto.

“Hemos vivido momentos duros por desequilibrarse afiliados y pensiones”, confiesa. Y es que, en su labor, por cuyo éxito agradece la “incondicional colaboración de los funcionarios”, reivindica: “Ni se compra ni se vende; gestionamos una protección social pública y hay que trabajar para que se haga lo mejor posible”, explica el ya jubilado Manuel Cerdá. H