La Diputación ha logrado aumentar un 27% su capacidad inversora en los nueve primeros meses del año gracias al criterio establecido por su presidente, Javier Moliner, desde su llegada a la institución provincial de ahorrar y recortar en aquellos servicios que no sean imprescindibles. Estos nuevos recursos se están destinando principalmente a partidas para mejorar los servicios que prestan los ayuntamientos a sus vecinos, así como a generar empleo.

Fruto de este esfuerzo, desde el presupuesto inicial del 1 de enero hasta ahora han aumentado casi un 27% las partidas inversoras directas e indirectas, al pasar de 14,85 millones de euros hasta 18,77 millones en septiembre.

La clave está en la reducción de casi 2,5 millones de euros este año en lo que se refiere a las partidas de personal, los costes de los servicios corrientes y los gastos financieros por la reducción de la deuda. El vicepresidente del área económica de la institución Provincial, Miguel Barrachina, recuerda que la prueba del éxito de esta estrategia es que ya se han reducido más de un 30% los gastos corrientes respecto a julio del 2011 y que “ya hemos provocado el punto de inflexión que nos permite crecer en presupuesto, mientras que la mayoría de las instituciones públicas españolas están hablando solo de la necesaria austeridad”.

Gracias a ello, la Diputación dio luz verde en el pleno de esta misma semana a una nueva inversión de 1,68 millones de euros para atender las demandas de los municipios provinciales --carreteras, wi-fi y adecuación de instalaciones--. De esta forma, en los tres meses que han pasado desde que Moliner presentase el Plan de Acción 2015 como punto de inflexión inversor en esta legislatura, ya son 3,5 millones de euros los que ha aprobado el pleno. Así, además, se podrá mejorar la situación económica de las empresas locales, consolidando empleos y mejorando servicios. H