Nueva sesión del juicio a Carlos Fabra y prácticamente mismo resultado que en las vistas anteriores: ningún testigo admitió presiones por parte del político para favorecer y agilizar los permisos de los productos fitosanitarios que producía en Naranjax su entonces amigo Vicente Vilar. El empresario de Artana, también ha exculpado a Fabra de cohecho y tráfico de influencias al declarar el segundo día de juicio que mintió cuando dijo que el expresidente de la Diputación le había cobrado “millonadas” para intermediar por él en los ministerios.

Desde que Vilar pronunció estas palabras ninguna de las más de 60 personas que han declarado en la Sección Primera de la Audiencia han manifestado lo contrario. Ayer, Esteban González Pons declaró que Fabra nunca se dirigió a él para pedirle favores “porque era una persona importante y no me necesitaba para hablar con los ministros”. El entonces portavoz del PP en el Senado indicó no saber nada de los retrasos en los expedientes de los pesticidas --que era la queja de Vilar--. El vicesecretario del PP prestó declaración por videoconferencia, como Juan Costa, quien dijo recordar poco de la reunión que en julio de 1999 mantuvo con el exministro Jesús Posada y Carlos Fabra, y en la que se habló de los fitosanitarios, pero aseveró fue que el exlíder del PPCS “nunca me hizo, de ninguna manera, petición alguna sobre Naranjax”.

El senador Juan José Ortiz también negó que Fabra mostrara interés por Naranjax y reconoció haber hecho dos llamadas para preguntar por los retrasos en las adjudicaciones de los fitosanitarios , “pero el ministro Posada me explicó que era normal”.

Por la Ciudad de la Justicia pasaron ayer también tres trabajadores de Bancaja que dijeron no recordar mucho de quién gestionaba las cuentas de Fabra y dos escoltas y un chófer del político que negaron haber visto que en Naranjax se le entregara a Fabra un maletín o una bolsa de plástico con dinero en metálico.

El último testigo presencial, Florentino Vallejero, delegado regional de la Agencia Tributaria, detalló a preguntas de Javier Boix cómo comenzó la inspección a las cuentas del matrimonio Fabra tras detectar en Tarragona ciertas irregularidades en una sociedad vinculada a los fitosanitarios. Concretó como en enero del 2004 comenzaron a investigar el IRPF y el patrimonio de los Fabra y como detectaron delito administrativo solo en las cuentas de 1999 al haber prescrito las de otros ejercicios. Vallejero, en un momento de su declaración, afirmó: “La inspección nunca tuvo conocimiento de que se estuviera investigando también por via penal los mismos hechos, porque si lo hubiéramos sabido hubiéramos parado”.

El delegado regional de Hacienda explicó que para desarrollar el trabajo encomendado tuvieron muchas dificultades “porque la colaboración” de Fabra “era mínima, y eso provocó dilaciones”. Al respecto, añadió que hubo que analizar miles de movimientos en decenas de cuentas bancarias del político. “No se aportó con carácter general una explicación razonable de los múltiples ingresos en efectivo en sus cuentas durante 1999”, concluyó. H