Los empresarios de las tascas admitieron ayer que temen pérdidas económicas millonarias si el Tribunal Supremo acaba anulando el artículo de la Ordenanza Municipal de Convivencia Ciudadana que permite beber en la calle en el entorno de la plaza Santa Clara. Los magistrados del Alto Tribunal se reunieron ayer para resolver los recursos de casación interpuestos por los empresarios y el Ayuntamiento de Castellón contra la sentencia del TSJCV que avaló la ley seca que reclama la Asociación Castelló Sense Soroll. La sentencia se hará pública en las próximas semanas, cuando esté redactada.

Fuentes de los hosteleros rechazaron realizar valoraciones públicas aunque admitieron su preocupación por la precaria situación legal. Reclamaron al consistorio y a la Conselleria de Sanidad un acuerdo para incluir una excepción a la prohibición de beber alcohol en la calle en la zona de las tascas en la próxima ley integral sobre salud pública en fase de redacción, tal como pretende el consistorio.

Sobre la zona de las tascas pesa una declaración como Zona Acústicamente Saturada (ZAS), que restringe el horario de cierre y obliga a adoptar medidas para reducir los niveles de ruido en la calle. Los hosteleros temen que la prohibición de beber arruine un tipo de ocio de varias décadas. H