La empresa promotora del proyecto Castor, Escal UGS, considera que, en el caso de que se reabra el almacén y vuelva a inyectar gas, no se producirán nuevos terremotos. En una conferencia pronunciada ayer en el Col·legi d’Enginyers Industrials de Catalunya para explicar el proyecto, el presidente de la firma, Recaredo del Potro, señaló en referencia a la crisis sísmica que “lo peor ya está superado” y mostró su convencimiento de que si se vuelve a inyectar combustible no se va a producir una alarma como la que se dio a finales de septiembre, con más de 500 miniseísmos, un par de ellos por encima del grado 4.

Del Potro no negó la incidencia de la inyección de gas en la crisis sísmica, pero señaló que, además de esta, “tiene que haber habido otras causas”. En este sentido indicó que los movimientos tectónicos --que no se produjeron en la falla principal Amposta, sino “en fallas secundarias”--, se debieron también a que había “una falla a punto de romperse y con una miseria que hemos hecho (en referencia a la presión que ejerció el gas en la inyección), se ha roto”.

Afirmó que la inyección ha “adelantado el ciclo” geológico latente, en el que había fuerzas tectónicas acumuladas durante siglos que se han liberado debido a la presión ejercida por el gas. Preguntado por la posibilidad de que esto se vuelva a producir, aseguró que harían falta “50.000 años” para que se acumulasen estas mismas fuerzas tectónicas y que se volviesen a producir seísmos de magnitud similar a los pasados. Eso sí, no negó que se puedan producir “microsismos, pero eso pasa en todo el mundo”.

Estas palabras cobran especial relevancia tras el aviso de ACS (accionista principal de Escal UGS) de la semana pasada sobre la posibilidad de reabrir la instalación este mismo año. Del Potro no negó esta posibilidad ayer y dijo que esta es una decisión “compleja” que compete al Ministerio. H