Dentro del grupo de los hermanos Portolés, donde todos, los padres incluidos, tenían pasión por la música, la titulada Orquesta Portolés tuvo un director singular, que se convirtió en el compositor de la provincia que más significación tuvo para la Sociedad de Autores, el de mayor producción y más importante recaudación. Se trata, claro, de Vicente, solista con su trombón de pistones y de varas. Pero, a la hora de componer, era tenida en cuenta la opinión también de Abel, de Carmen y de Paco, sus hermanos, los protagonistas del ritmo, con los Planas, Sancho, Artola, Falomir y Villanueva. Y en aquellos arrebatos de creación, aparecieron gran número de obras bailables.