Con una caída del mercado interno del 70% (las ventas en el 2013 ascendieron a 552 millones, mientras en el 2007 eran de 1.840) y el “castigo” de la reforma eléctrica, que puede hacer que deje de recibir hasta 52 millones, la patronal azulejera Ascer volvió a reiterar el pasado miércoles la necesidad de un plan Renove que impulse la reforma y rehabilitación de vivienda en el Estado.

Los dirigentes cerámicos han vuelto a solicitar al Gobierno desgravaciones fiscales a los propietarios de las viviendas que se decidan a rehabilitarlas, así como ayudas directas (e incrementar la partida actual, muy pequeña y destinada a comunidades de vecinos y hoteles), y también trámites más sencillos.

Esta misma semana, el Consell, la patronal provincial y los arquitectos castellonenses se han sumado a la reivindicación. Ayer mismo, el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, afirmó que el Gobierno valenciano va a proponer al central aplicar “bonificaciones fiscales” como las que activó el año pasado la Generalitat.

Además de reactivar el moribundo mercado interno, el plan serviría para dar un soplo de aire fresco a la construcción, un sector clave en la economía provincial antes de la crisis y cuyas empresas están “agonizando”, en palabras del presidente del Col·legi Territorial d’Arquitectes de Castelló, Jaime Prior. La CEC también recriminó al Gobierno que no haya incluido la rehabilitación en su Programa Nacional de Reformas 2014 como sí ha hecho en otros sectores.