La industria azulejera se salva de problemas por el anuncio del corte de gas que Rusia acaba de imponer sobre Ucrania, el país con el que mantiene abierta una disputa política, y encubiertamente militar, por su pretensión de anexionar el territorio. Al menos de momento.

Fuentes de la patronal española azulejera Ascer, remarcó ayer que “el abastecimiento” del gas natural que entra en los hornos de las azulejeras castellonenses procede “de diferentes orígenes”, pero “ninguno ruso”, lo que significaría que no hay riesgo de desabastecimiento. Y es que, según los datos que maneja la Asociación Española del Gas (Sedigas), España no recibe gas procedente de Rusia, al contrario de lo que sí ocurre con los principales países centroeuropeos, que ven con temor el anuncio del presidente Vladimir Putin, si bien este ha especificado que el corte del suministro solo es para Ucrania, como consecuencia de los impagos que arrastra el país con su proveedor, de 4.458 millones de dólares, mientras que el gobierno de Ucrania ha asegurado que dejará correr el combustible por su territorio, que es por donde pasan las tuberías que abastecen a Europa. Según Sedigas, España sumó 11 países proveedores de gas natural el pasado año, sin olvidar que tiene seis conexiones internacionales por gasoducto (dos con Argelia, que es la principal, dado que es productor; dos con Portugal y dos con Francia), a lo que se suman las seis plantas de regasificación que hay operativas (que suman más de un tercio de la capacidad de regasificación de Europa), sin contar los almacenes de gas que tiene España para garantizar sus reservas, dentro de los que estaría el proyecto Castor de Vinaròs, de estar operativo.

Aun así, el sector no deja de ver con preocupación la escalada de tensión, dado que un hipotético corte del suministro de Rusia implicaría una disminución de la oferta y, a largo plazo, una mayor demanda, lo que conllevaría un aumento de los precios de la energía, que ahogan al sector. H