Aunque hace muchos meses que los terremotos del Castor han dejado de ser noticia, ni los vecinos ni los alcaldes de la comarca del Maestrat han variado ni un ápice su postura. Tampoco lo han hecho las organizaciones ecologistas. Todos entienden que desmantelar definitivamente la infraestructura es una labor compleja pero nadie da un paso atrás. “Esperamos que el Ministerio se decida a quitar la instalación, que es lo que queremos todos. Eso sí, confiamos en que el coste no tenga que ser asumido por los ciudadanos”, reconocía esta misma semana el alcalde de Benicarló, Marcelino Domingo.

Nadie en la zona quiere oír hablar de un proyecto que solo ha traído problemas. “Lo que queremos es que lo entierren definitivamente. Vinaròs lo rechaza. Ya sufrimos bastante hace un año y nadie desea que aquellos días vuelvan a repetirse”, coinciden todos los vecinos consultados en los últimos días.

Aunque la tónica general en las localidades del norte de Castellón y sur de Tarragona es la tranquilidad, la lucha de muchos colectivos continúa. Un ejemplo. Esta misma semana la plataforma Terres del Sénia ha presentado ante el Síndic de Greuges más de 500 quejas contra el Castor. Quieren que se desmantele definitivamente. La lucha ciudadana continúa. H