Honorat Ros, miembro de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL), valora que “si se incrementa la voluntad política para que el valenciano tenga futuro, irá a más, pero que si la política lingüística continúa tal y como está, el peligro de desaparición existe”. Advierte de que “el Consell Valencià de Cultura ya veía este riesgo” y dice que “es obligación patriótica potenciarlo”.

Ros explica que “en el estudio no se ha contemplado el factor que puede jugar la enseñanza en lengua propia, que ha hecho que muchas familias vuelvan a hablar el valenciano en casa”.

Asimismo, indica que, si bien es cierto que, en el periodo estudiado, disminuye el porcentaje de familias valencianohablantes, también lo es que ahora hay más gente que lo habla, en número, no en porcentaje”.

Además, avisa que “cada comarca tiene una situación distinta y en las comarcas centrales de la Comunitat es donde se habla más valenciano, y Valencia y Alicante presentan una situación peor que Castellón, y son las que mayor población tienen”.

También asegura que “el 70% de los encuestados valoran negativamente la situación del idioma y manifiestan la voluntad de que este se use más en todos los niveles y hacen una crítica radical a dos cuestiones, que son fundamentales para que vaya a más, como son poner los medios para potenciarla, en la enseñanza, en las instituciones, y priorizar su uso, por ejemplo, en los medios de comunicación, especialmente los públicos”.

También es crítico con la desaparición de la televisión pública en lengua autóctona, con que haya políticos que solo se expresen en valenciano de forma extraordinaria y que 30 años después de la Llei d’ús aún esté pendiente de actualización. H