Hoy hace diez años que la provincia de Castellón se quedó huérfana. Diez años de la muerte de 18 padres, madres, hijos, sobrinos, hermanos y amigos, que perdieron la vida en la terrible tragedia del albergue Sant Cristòfol de la Todolella.

Todos las localidades, de norte a sur, enmudecieron al conocer el suceso, que dejó consternados a los castellonenses. Les Alqueries, Burriana, Nules, Vinaròs, Morella, Vilafranca y Onda perdieron ese día a varios de sus vecinos en una de las tragedias más dolorosas de la historia provincial.

Los familiares de las víctimas han tenido que aprender a sobrevivir sin aquellos que el 6 de febrero del 2005 acudieron a una fiesta de cumpleaños. Una celebración, la del 50 cumpleaños de Bartolo Meseguer, que terminó de una forma devastadora.

Esa noche del sábado al domingo actuó el grupo de música Ppyote para festejar el quincuagésimo aniversario del anfitrión, vecino de la localidad de Herbés. Muchos de los asistentes, incluido él mismo y su pareja, se quedaron a dormir en el albergue.

Para combatir el frío de la comarca de Els Ports, encendieron unas estufas de gas, que causaron la muerte por inhalación de monóxido de carbono a un total de 18 de los amigos de Bartolo.

Al día siguiente, alrededor de las 16.00 horas, el homenajeado se levantó de la cama y salió de la habitación, en la que descansaba junto a su novia. Aturdido por la intoxicación que también había sufrido, aunque en menor medida, se dirigió hacia el dormitorio en donde estaban sus invitados. Al abrir la puerta, descubrió el terrible desenlace de los fallecidos.

Una década después de lo ocurrido, la tragedia de la Todolella sigue golpeando en la memoria a la provincia. Los familiares de las víctimas han peleado sin descanso durante años para hacer pagar a los que consideran culpables por las muertes de sus seres queridos.

Javier Menero se ha visto obligado a la fuerza a aprender a vivir sin su hijo, que tenía entonces 17 años y ese día actuaba como sustituto en el grupo Ppyote. “La justicia no nos ha hecho caso y nos ha olvidado. Después de ver cómo ha ido todo, no tenemos esperanza de que el Ayuntamiento pague. Es muy duro perder a un hijo, pero esta tragedia se podría haber evitado y la falta de responsabilidades nos ha rematado”, declaró ayer a Mediterráneo.

En la actualidad, agotada la vía penal, el letrado que representa a la asociación en la que se integraron varias familias de los fallecidos prepara el último recurso contencioso-administrativo posible, el que presentarán en breves al Tribunal Constitucional.

El alcalde de la Todolella, Alfredo Querol, reveló que la localidad no habla de una tragedia que ha quedado enterrada. Despierta un dolor que, aunque el tiempo ha ayudado a cicatrizar, no desaparecerá. “Cada persona lo recuerda en su intimidad porque fue terrible y a mí me ha costado muchos años poder hablar de ello”. H