Los radares cazan al día a 120 vehículos en las carreteras de la provincia de Castellón. Así se desprende de los datos facilitados por la Jefatura Provincial de Tráfico, coincidiendo con la entrada en vigor de nuevas medidas para reducir la siniestralidad.

El año pasado, la Jefatura Provincial de Tráfico contabilizó 44.007 denuncias en la red viaria provincial por superar los límites de velocidad, la mayoría en vías convencionales como la N-340. En la provincia hay 12 radares fijos que están publicitados en la web de la Dirección General de Tráfico. Pese a estar perfectamente localizados y figurar en la información de los navegadores, los conductores siguen saltándose los límites a su paso. Los radares fijos detectan más infracciones que los móviles (22.414 frente a 21.593 el año pasado). Claro que operan 24 horas al día, 365 días al año. Sin embargo, los móviles son más eficaces, ya que siendo la mitad cazan a casi tantos vehículos como los fijos (59 multas diarias frente a 61 en total).

NO CAMUFLADOS // La Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil dispone de seis radares móviles. Hace controles de corta duración, que cambian constantemente de ubicación para esquivar la acción de las redes sociales que informan de su presencia.

A partir de ahora, ya no estarán ocultos, sino que, por lo general, serán visibles. Ahora bien, Tráfico no pondrá carteles anunciadores, aunque antes del verano publicitará en su web www.dgt.es los tramos de vía donde se intensificará la vigilancia de la velocidad con radares móviles y se renovarán periódicamente. Para su selección se tendrá en cuenta el número de accidentes y la velocidad media de circulación.

Además, ya han entrado en vigor los nuevos márgenes de tolerancia, con lo que saltarán a un umbral más bajo. Y a partir de marzo, comenzarán a discriminar en función del tipo de vehículo que ha cometido la infracción para imponerle la sanción en función de la limitación específica aplicable a cada uno.

Mario Arnaldo, de Automovilistas Europeos Asociados, aplaude estas medidas: “Siempre hemos reivindicado que los radares sirvieran para prevenir accidentes y no para recaudar. Para ello es necesario que el radar se señalice y se elija correctamente su ubicación. Y ahora la mayoría no están en las zonas donde hay más concentración de accidentes”.

Sin embargo, desde Tráfico indican que en su ubicación actual sí se tiene en cuenta la siniestralidad y, como ejemplo, citan el de la entrada de Torreblanca, en la N-340, (limitado a 50 km/h), uno de los que más multas suma. H