La Generalitat y la Universitat Jaume I intensifican la lucha que ya ejecutaban contra el Huanglongbing (HLB) o dragón amarillo, la plaga más letal que actualmente afecta a los cítricos en el mundo. Ambas instituciones ya venían colaborando a través de una unidad asociada de entomología que enlaza el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) y el Grupo de Gestión Integrada de Plagas Agrícolas de la UJI. Y ahora esta labor se verá reforzada con un nuevo convenio, que ayer aprobó el pleno del Consell, del que no se dieron datos concretos.

La labor de ambos organismos se centra fundamentalmente en la prevención de la llegada de la plaga, ya que esta todavía no se ha declarado en Europa (se acaba de detectar en Galicia y Oporto el insecto que la transmite, el psílido africano Trioza Erytreae) y “no se puede trabajar con especies en cuarentena”, detalla Josep Jarques, catedrático de Producción Vegetal de la UJI y miembro del comité de expertos en sanidad vegetal activado por la Conselleria.

El coordinador del comité, Vicente Dalmau, reconoce que por el momento lo único que se puede hacer es “retrasar” la llegada de la plaga “y detectarla de forma precoz”. La primera de estas acciones se tiene que llevar a cabo donde se ha detectado el insecto vector (en Galicia) y la otra en la Comunitat. Por ello se ha multiplicado la red de trampas incluidas en el plan de vigilancia fitosanitaria citrícola (vigente desde el 2004). A las 125 que forman parte del plan en el territorio autonómico se han sumado las 1.000 que los importadores americanos exigen para vigilar a la mosca mediterránea de la fruta (una exigencia para autorizar las exportaciones allí). De esta forma, estas trampas también son vigiladas con el fin de detectar plagas que hasta ahora no se dan en la Comunitat.

experiencia // Asimismo, tanto la UJI como el IVIA (y por supuesto la unidad común de entomología) ya tienen experiencia en la lucha contra la plaga en algunos de los países en los que ya se ha declarado, ya que el propio Jaques ha colaborado con la Universidad de Florida (es una de las zonas más afectadas), como también varios investigadores del IVIA han hecho en California y Brasil (también afectadas). La lucha se basa en frenar la expansión, ya que no hay ningún producto que mate la bacteria que provoca el HLB. H