Premian a una enfermera del Provincial por su investigación

En este sentido, Aledo destaca en su estudio la necesidad de que se baremen los niveles de ansiedad que experimentan estos padres con el fin de que el personal de enfermería del área de salud mental pueda detectar aquellos casos que precisan ayuda de especialistas y demostrar, además, que el método canguro (el contacto piel con piel entre el recién nacido y sus padres) proporciona en los progenitores seguridad, tranquilidad y favorece el vínculo entre ambos.

Según los datos que recoge su trabajo, se estima que la tasa de prematuridad en España es del 6%, aproximadamente, aunque el número de partos prematuros va en aumento debido al incremento de la edad materna, por encima de los 35 años.

Por ello, las estancias hospitalarias en las UCI Neonatales son cada vez mayores, lo que provoca un sufrimiento en los progenitores que se materializa en estrés y sentimiento de culpa. Y es que “la separación entre el recién nacido y sus padres crea una dificultad en el comienzo de relación de apego entre ellos, al tiempo que puede darse la aparición de un sentimientos de distanciamiento en la pareja”, destaca la especialista. “Estas unidades -explica- están llenas de máquinas, tubos, cifras y palabras técnicas que escapan a su comprensión, lo que hace que se sientan inútiles y solos”.

En estos casos, además, pueden experimentar síntomas de ansiedad y depresión con más frecuencia, al encontrarse en una situación en la que no pueden proteger a su hijo frente al dolor y la soledad. En la esfera psicológica se crean sentimientos de culpa, inseguridad, tristeza, ansiedad y mala concentración. Además, según el estudio de Paula Aledo, la situación también puede tener repercusiones en el ámbito social y secuelas físicas. H