En mitad del proceso de admisión en los colegios e institutos de la provincia se reabre la guerra por la asignatura de Religión en las aulas. Tras la aprobación del nuevo currículo de la asignatura en todos los niveles educativos, y la caída año a año de estudiantes que, en Castellón, optan por ella, el Obispado inició ayer una campaña de captación de alumnos, mientras que algunos sectores de padres han lanzado a través de las redes sociales una batalla para decir “No a la Religión en las escuelas”.

El lunes arranca la matrícula en los institutos. Y es precisamente en la ESO donde se mantienen las cifras de alumnos, en un 52%. Mitad y mitad. En el total de alumnado de este curso que toca al fin, han elegido esta opción 43.079 alumnos, frente a los 77.887 de hace 10 años.

El obispo, Casimiro López, en una carta abierta acompañada de un vídeo de YouTube, alienta a las familias a que “inscriban a sus hijos en Religión”, porque “es necesario para crecer por dentro; no todo consiste en trabajar, tener, gastar y disfrutar”. “Pedidlo expresamente”, incide, pues “es una contribución al crecimiento de los cimientos como personas sólidas, con criterios y virtudes en valores”, y conmina a los “que, por una razón u otra son reticentes”, a “hacer uso de vuestra responsabilidad como padres católicos”, pues “no basta con la catequesis”.

AMPA de la capital y de algunos municipios han viralizado en Castellón la iniciativa estatal de la plataforma Laicismo.org, y la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Castellón aboga por la objeción. Su presidenta, Silvia Centelles, lo dice bien claro: “La Religión, fuera de la escuela; es una opción personal que no debe entrar en el colegio”. “Queremos una escuela 100% laica, y en esta sociedad plural, deberían estudiarse todas las religiones o ninguna”, dice, aludiendo, además, a que “el currículo LOMCE de Religión ha sido la puntilla”. H