Vivir sobrio. Es el objetivo al que aspiran los Alcohólicos Anónimos, un modelo que nació en Akron, Ohio, EEUU en 1935. Hoy en día, la provincia de Castellón cuenta con siete grupos de autoayuda, ubicados en Castellón, el Grao, Vila-real, Vinaròs, Benicarló, Vilafranca y Benassal. Precisamente, esta semana, el de la capital de la Plana ha celebrado su sexto aniversario. A cada reunión asisten de cinco a nueve personas. “En España operan 600 grupos, con alrededor de 10.000 miembros”, explica un integrante de este colectivo. Su convención nacional será del 9 al 12 de octubre en Benicàssim.

“Si lo que queremos es una vida feliz sin añorar el alcohol, hemos de poner en práctica el programa de 12 pasos. Practicándolos no echamos de menos el alcohol en absoluto, vivimos una vida digna, hacia nosotros y los que nos rodean”, señala uno de sus miembros, de 67 años.

Para ellos, no existe un perfil. “El alcoholismo no respeta ni edades, ni razas, ni sexo, ni religión, ni capacidad de memoria... Afecta a gentes preparadas y poco preparadas. Hay políticos, abogados, médicos, gente indigente, gente que barre las calles... Todas las profesiones están metidas en el tema del alcoholismo, hombres y mujeres”, explica. Todos tienen algo en común: “Una vez hemos comenzado a beber, no tenemos capacidad de decir: ‘A la segunda paro’. En cuanto se bebe la primera, no sabes jamás cuándo vas a parar”.

“Nos basamos en la sabiduría de nuestra propia experiencia, de lo que nos sucedía cuando bebíamos. Cualquier persona que crea que puede tener problemas con la bebida puede acercarse. Si es un afectado, le dejamos hablar, le explicamos que nos sucedía lo mismo, le trasladamos alguna experiencia para que se dé cuenta de que lo que nos explica lo hemos vivido nosotros. No nos importan los apellidos, solo si tiene problemas con la bebida. A partir de ahí le invitamos a quedarse en la reunión, que tiene un moderador, le damos unos folletos, y le ofrecemos que asista a la siguiente”. Estas citas son semanales. En el caso de la capital, antes eran cada lunes; ahora son los lunes y jueves, desde las 19.30 horas en una parroquia de la calle Moncofa de Castellón en el barrio de Rafalafena. Pero son una organización no religiosa.

RECAÍDAS // Y “siempre hay recaídas, pero la recaída forma parte de la recuperación”, señala. Pero se logra salir del pozo. “Al cabo de un tiempo nos damos cuenta de que hay gente que disfruta de la vida; cuenta anécdotas...”. Explica que “el consumo, cuando hay crisis, quizá aumenta, pero la cantidad de alcohólicos es la misma”. Muchas veces acude a verlos un familiar porque “el último en darse cuenta de su problema es el alcohólico”. Y es que “el alcohol afecta a la pareja, al jefe, a compañeros de trabajo, a gente que no ha bebido nunca”. Si es familiar, se le explica lo que es el alcoholismo y se canaliza de otra forma. H