Siendo yo un joven reportero de radio, tuve que afrontar la actualidad de cien sucesos distintos. Un día coincidí en ‘l’hort de Victorino’, la mansión donde vivía y pintaba Juan Bautista Porcar, a donde asistí acompañando a Don Carlos G. Espresati. Yo ya conocía a Sebastián Planchadell padre, allí presente, que había formado parte como futbolista de la fundación del C.D. Castellón. Sebastián hijo también se encontraba allí, se iba a París, aprovechando una beca de la Diputación y también empezaba a ser pintor y futbolista como su padre. Después, mi relación con la familia, me permitió asistir a su boda el día 6 de octubre de 1966. Estuvimos muy juntos aquel día y ahora volvemos a estarlo en la página, que escribo en su homenaje.