Cierren los ojos y piensen ahora mismo en un dulce. Tal vez, por las fechas en las que estamos, se les ha venido a la cabeza la imagen de una mona de Pascua. Y es que, de la mano de la Semana Santa, llegan cogidas bien fuerte las típicas y tradicionales monas que endulzan estos días las reuniones de familiares y amigos.

En la provincia de Castellón este año se elaborarán alrededor de 350.000 monas de Pascua tradicionales, de las que unas 150.000 se estima que se consumirán en la capital, según ha señalado el maestro mayor del Gremi de Forners de Castellón, José Miró.

“Este año hay una mayor ilusión por parte de la gente de comprar monas tradicionales, el tiempo está acompañando y eso se nota”, ha asegurado Miró. Y es que los distintos clientes demandan la mona de siempre, la de toda la vida, la que sabe y huele a infancia.

Sin duda, el producto estrella sigue siendo el panquemao, es el que más se vende y el que más gusta entre los consumidores. Y aunque parece que las monas se arraigan a la tradición y a sus raíces con la elaboración de mazapanes, figuras de animales y el típico conejo pascuero, los hornos de Castellón también se han adaptado a las nuevas tendencias.

Los escaparates de las panaderías de la provincia lucen estos días las elaboraciones más atractivas y rocambolescas de los maestros de este arte para los más pequeños, y no tan pequeños de la casa, con figuras de la popular cerdita Peppa Pig, La patrulla canina o Star Wars.

“Aunque todavía es pronto para tener una cifra de los productos vendidos estas Pascuas, las previsiones por ahora son muy favorables, la gente está respondiendo bien y esta ilusión hace que aumente el gasto”, ha explicado Joan Miró a Mediterráneo.

INGREDIENTE ESTRELLA // Como dice el refrán, “cada maestrillo tiene su librillo”, y en consecuencia, cada panadero tiene su secreto para elaborar las monas que tanto trabajo cuestan de hacer, y tan rápido de disfrutar.

Y aunque cada cual tenga su manera de elaborarlas, todos ellos tienen en común los ingredientes más demandados por los consumidores que, año tras año, demandan su preparado estrella.

El cabello de ángel, el boniato y el chocolate son los sabores más deseados por los castellonenses y así lo reflejan en las compras que realizan en los hornos de toda la vida.

MEJOR COMPRADAS // Aunque las monas de Pascua estén arraigadas a una tradición de años y años atrás, su elaboración en las casas, como se hacía antes, parece que poco a poco se va perdiendo.

“Ahora la gente hace pocas monas en sus casas y prefiere comprarlas, por lo menos en la capital, en los pueblos aún se conserva algo de esta tradición”, ha contado Miró.

Tal vez sea verdad que las tradiciones de antes se pierden en las ciudades más grandes y se conserva algo de su esencia en los pueblos y pequeñas ciudades. Lo que sí es cierto es que si ahora vuelven a cerrar los ojos y a pensar en un dulce, sin duda, en sus cabezas aparecerá la imagen de una mona de Pascua. H