Los casos de agresión a médicos se han incrementado notablemente en Castellón en los últimos meses, aunque la mayoría de ellos se sufren en silencio. Y es que la Policía Nacional advierte de que son pocos los facultativos que deciden denunciarlo y anima a las víctimas de amenazas, insultos e, incluso, golpes a que no dejen pasar los hechos e informen a las autoridades de estos episodios. Así lo explica el jefe de la brigada provincial de la Policía Judicial, Isidro Villén, quien asegura que muchas de las víctimas no denuncian las agresiones “por pena” a quienes las cometen. Y es que en la mayoría de las ocasiones, se trata, según sostiene, de pacientes “enfermos, que están atravesando un momento delicado y que pierden los papeles”.

El comisario jefe de la Policía Nacional de Castellón, Jorge Marti, se reunió ayer con el presidente del Colegio Oficial de Médicos de la capital de la Plana, José Antonio Herranz, precisamente, para abordar esta delicada problemática a la que se enfrentan los facultativos. En dicho encuentro se hizo hincapié en la importancia de alertar de las agresiones, cuyo castigo se ha endurecido desde que entró en vigor el pasado año la reforma del Código Penal. En lo que va del 2016, el Colegio Oficial de Médicos solo ha recibido dos denuncias formales. Por su parte, la Policía Nacional no cuenta con ninguna tramitada, según confirmaron al diario Mediterráneo.

LAS PENAS // En la actualidad, pegar a un médico del sistema público de salud, al igual que a un docente, se castiga con penas de prisión que oscilan entre uno y seis años de prisión o importantes multas de seis a 12 meses.

Para Isidro Villén el incremento de las agresiones, tanto físicas como verbales, responde a la pérdida de respeto que, incomprensiblemente, ha experimentado la profesión, al igual que ha ocurrido con la docencia. “Los policías reciben también bastantes agresiones y era justo que las penas se endurecieran por pegar a un funcionario público”.

Uno de los últimos casos denunciados, según ha podido saber este diario, fue el de una médica residente del Hospital General de Castellón, al que un paciente del servicio de Urgencias golpeó en la boca, tras perder los nervios. El susodicho rompió el labio a la joven, que acababa de empezar su actividad profesional en el centro hospitalario. Este es uno de los casos más graves, aunque los más comunes son los empujones, amenazas e insultos. H