La proliferación de la fauna silvestre en la provincia ha provocado graves daños en cultivos de hortalizas, viñas y en los sistemas de riego. Unas pérdidas que el sector agrario cifra en unos ocho millones de euros en Castellón, tras dispararse los destrozos un 30% en el último año. Así lo ha confirmado a Mediterráneo el secretario general de la Unió de Llauradors, Ramón Mampel, quien sostiene que la superpoblación de conejos, jabalís, cabras hispánicas y urracas, entre otras especies, está castigando duramente a la agricultura castellonense.

«Arrasan con todo a su paso y necesitamos una solución cuanto antes. Peñíscola, Benicarló y Càlig, por ejemplo, están sufriendo las plagas en los huertos de hortalizas y en Vilanova d’Alcolea se han dado casos de daños importantes en viñedos», denuncia el máximo representante de la Unió, quien alerta de que los ejemplares también «picotean las gomas de goteo», detalla.

El problema ha llegado a tal punto que AVA-Asaja, la Unió, la Federación de Cooperativas Agroalimentarias y la Federación de Caza de la Comunitat han decidido crear un frente común para reclamar «soluciones urgentes» a las administraciones.

Las distintas agrupaciones han expresado su preocupación públicamente, incidiendo en que los desperfectos y perjuicios en el campo «no son de extrañar» si se tiene en cuenta que la población de algunos animales silvestres se ha duplicado y, en casos como el del ciervo o el corzo, se ha multiplicado por siete en cinco años, según datos de la Conselleria de Agricultura y Medio Ambiente.

EL JABALÍ CRECE UN 112%

Por lo que respecta a la evolución del jabalí, una de las especies más dañinas para el sector agrario, el aumento de su población en los últimos tres años se sitúa en un 112% en la Comunitat. Las cabras montesas, por su parte, son un 82% más que en el 2010.

Los agricultores han incidido en que no solo se sienten amenazados por las pérdidas en el campo, sino también por las posibles enfermedades que la fauna silvestre pueda transmitir al ganado.

Por todo ello, los afectados abogan por «dar más permisos para la caza» y «no culpabilizar a los batidores», pues «cumplen una función muy necesaria».

Los máximos representantes de las organizaciones agrarias de la Comunitat han solicitado reuniones tanto con la consellera de Agricultura y Medio Ambiente, Elena Cebrián; como con el delegado del Gobierno en la Comunitat, Juan Carlos Moragues, para reclamar cambios normativos que faciliten el control cinegético de las especies invasoras.

AYUDAS ECONÓMICAS

Los afectados han sugerido, asimismo, que existan ayudas económicas tanto para instalar mecanismos de control, como para ubicar los llamados pastores eléctricos (vallas electrificadas) o compensar, en alguna medida, las pérdidas.

La explicación a la presencia masiva de animales silvestres hay que buscarla, según los colectivos agrarios, en la incidencia de la sequía, que empobrece su hábitat natural y obliga a los ejemplares a bajar a las zonas de cultivo en busca de agua y alimento. Asimismo, contribuyen el abandono de tierras, el aumento de la masa forestal y en la disminución del número de cazadores, así como en las duras restricciones que tienen para ejercer su actividad.

El presidente de la Federación de Caza de la Comunitat Valenciana, Vicente Seguí, reivindica la labor del cazador y exige que «simplificar los trámites para poder desarrollar la actividad», destacando la tarea que cumplen en el medio ambiente.